Habrá que esperar hasta el siglo IV para encontrar los primeros atisbos de una estructura orgánica de este tiempo litúrgico. A finales del siglo IV, Roma conocía ya la estructura cuaresmal de 40 días.
La celebración de la Pascua del Señor, constituye, sin duda, la fiesta primordial del año litúrgico. De aquí que, cuando en el siglo II, la Iglesia comenzó a celebrar anualmente el misterio pascual de Cristo, advirtió la necesidad de una preparación adecuada, por medio de la oración y del ayuno, según el modo prescrito por el Señor.
Surgió así la piadosa costumbre del ayuno infrapascual del viernes y sábado santos, como preparación al Domingo de Resurrección.
Los primeros pasos.
Paso a paso, mediante un proceso de sedimentación, este período de preparación pascual fue consolidándose hasta llegar a constituir la realidad litúrgica que hoy conocemos como Tiempo de Cuaresma. Influyeron también, sin duda, las exigencias del catecumenado y la disciplina penitencial para la reconciliación de los penitentes.
La primitiva celebración de la Pascua del Señor conoció la praxis de un ayuno preparatorio el viernes y sábado previos a dicha conmemoración.
A esta práctica podría aludir la Traditio Apostolica, documento de comienzos del siglo III, cuando exige que los candidatos al bautismo ayunen el viernes y transcurran la noche del sábado en vela. Por otra parte, en el siglo III, la Iglesia de Alejandría, de hondas y mutuas relaciones con la sede romana, vivía una semana de ayuno previo a las fiestas pascuales.
En el siglo IV se consolida la estructura cuaresmal de 40 días.
De todos modos, como en otros ámbitos de la vida de la Iglesia, habrá que esperar hasta el siglo IV para encontrar los primeros atisbos de una estructura orgánica de este tiempo litúrgico. Sin embargo, mientras en esta época aparece ya consolidada en casi todas las Iglesias la institución de la cuaresma de cuarenta días, el período de preparación pascual se circunscribía en Roma a tres semanas de ayuno diario, excepto sábados y domingos. Este ayuno prepascual de tres semanas se mantuvo poco tiempo en vigor, pues a finales del siglo IV, la Urbe conocía ya la estructura cuaresmal de 40 días.
El período cuaresmal de 6 semanas de duración nació probablemente vinculado a la práctica penitencial: los penitentes comenzaban su preparación más intensa el sexto domingo antes de Pascua y vivían un ayuno prolongado hasta el día de la reconciliación, que acaecía durante la asamblea eucarística del Jueves Santo. Como este período de penitencia duraba 40 días, recibió el nombre de Quadragesima o cuaresma.
Durante el primer estadio de organización cuaresmal se celebraban tan sólo las reuniones eucarísticas dominicales, si bien entre semana existían asambleas no eucarísticas: los miércoles y viernes.
Pero a finales del siglo VI las reuniones del lunes, miércoles y viernes celebraban ya la eucaristía. Más tarde, se añadieron nuevas asambleas eucarísticas los martes y sábados. Por último, el proceso se cerró bajo el pontificado de Gregorio II (715-731), con la asignación de un formulario eucarístico para los jueves de cuaresma.
¿Por qué la ceniza?
Hacia finales del siglo V, el miércoles y viernes previos al primer domingo de cuaresma comenzaron a celebrarse cómo si formaran parte del período penitencial, probablemente como medio de compensar los domingos y días en los que se rompía el ayuno.
Dicho miércoles, los penitentes por la imposición de la ceniza, ingresaban en el orden que regulaba la penitencia canónica.
Cuando la institución penitencial desapareció, el rito se extendió a toda la comunidad cristiana: este es el origen del Miércoles de Ceniza o «Feria IV anerum».
El proceso de alargamiento del período penitencial continuó de forma irremediable. Esta anticipación del ayuno cuaresmal no es una práctica exclusivamente romana: se encuentra también en Oriente, y en diversas regiones de Occidente.
Probablemente se trata de una praxis originada en la ascesis monástica y más tarde propagada entre la comunidad cristiana, aunque resulte difícil conocer sus características.
¿Por qué 40 días?
El significado teológico de la Cuaresma es muy rico. Su estructura de cuarentena conlleva un enfoque doctrinal peculiar.
En efecto, cuando el ayuno se limitaba a dos días —o una semana a lo sumo—, esta praxis litúrgica podía justificarse simplemente por la tristeza de la Iglesia ante la ausencia del Esposo, o por el clima de ansiosa espera; mientras que el ayuno cuaresmal supone desde el principio unas connotaciones propias, impuestas por el significado simbólico del número 40.
En primer lugar, no debe pasarse por alto que toda la tradición occidental inicia la Cuaresma con la lectura del evangelio de las tentaciones de Jesús en el desierto: el período cuaresmal constituye, pues, una experiencia de desierto, que al igual que en el caso del Señor, se prolonga durante 40 días.
En la Cuaresma, la Iglesia vive un combate espiritual intenso, como tiempo de ayuno y de prueba. Así lo manifiestan también los cuarenta años de peregrinación del pueblo de Israel por el Sinaí.
Otros simbolismos enriquecen el número 40, como se advierte en el Antiguo y Nuevo Testamento. Así, la cuarentena evoca la idea de preparación: cuarenta días de Moisés y Elías previos al encuentro de Yahveh; cuarenta días empleados por Jonás para alcanzar la penitencia y el perdón; cuarenta días de ayuno de Jesús antes del comienzo de su ministerio público. La Cuaresma es un período de preparación para la celebración de las solemnidades pascuales: iniciación cristiana y reconciliación de los penitentes.
Por último, la tradición cristiana ha interpretado también el número 40 como expresión del tiempo de la vida presente, anticipo del mundo futuro. El Concilio Vaticano II (cfr. SC 109) ha señalado que la Cuaresma posee una doble dimensión, bautismal y penitencial, y ha subrayado su carácter de tiempo de preparación para la Pascua en un clima de atenta escucha a la Palabra de Dios y oración incesante.
El período cuaresmal concluye la mañana del Jueves Santo con la Misa crismal —Missa Chrismalis— que el obispo concelebra con sus presbíteros. Esta Misa manifiesta la comunión del obispo y sus presbíteros en el único e idéntico sacerdocio y ministerio de Cristo. Durante la celebración se bendicen, además, los santos óleos y se consagra el crisma.
El tiempo de Cuaresma se extiende desde el miércoles de Ceniza hasta la Misa de la cena del Señor exclusive. El miércoles de Ceniza es día de ayuno y abstinencia; los viernes de Cuaresma se observa la abstinencia de carne. El Viernes Santo también se viven el ayuno y la abstinencia.
Ave María y Adelante...!
De Colores...!
31 de marzo de 2011
30 de marzo de 2011
¿Por qué celebrar 50 años del MJVC?
¿Qué huella ha dejado en mi el Mov. de Jornadas de Vida Cristiana?
¿Qué tanto me ha significado?
¿Por qué tiene tanto sentido celebrar
50 años de peregrinar evangelizando al joven por medio del joven?
Porque...¿Qué tanto me ha significado?
¿Por qué tiene tanto sentido celebrar
50 años de peregrinar evangelizando al joven por medio del joven?
Jornadas dejó una huella profunda en mi vida.
En una Jornada me encontré plenamente con Jesús.
Me descubrí más como persona, me di cuenta que mi vida tiene un qué, un para qué y mi vida tiene sentido. Me di cuenta que Dios trasciende mi persona.
Hay una realidad con necesidades y rostros concretos que me llama.
Me reconocí como Bautizado, me reconocí frágil, débil, pero un hijo muy amado por Papá Dios y que me levanta después de haber caído.
Lo reconocí en la fracción del Pan y también al compartir el Pan, la fe y la sonrisa con otros jóvenes.
Dimensioné la Iglesia y desde ahí me sentí piedra viva de la Iglesia Católica.
Ahí reconocí el valor de la mujer, a través de la experiencia sencilla, fuerte, silenciosa y de fe de María, nuestra Madre.
En la jornada me sentí inmensamente amado por Dios, como Jesús al ser bautizado en el Jordán.
Me di cuenta que ese amor tan grande me lanzaba a una misión y tuve miedo, me asusté, pero estaba tan feliz que me arriesgué y quise compartir esta experiencia de Dios vivo a otros jóvenes, a mis hermanos, a mis amigos, incluso a personas en situaciones difíciles.
Desde entonces tomé más en serio cómo descubrir mi vocación.
Muchos pasaron por jornadas y no se arriesgaron.
Otros nos unimos e invitamos a más jóvenes a seguir a Cristo. No todo fue tan fácil.
Esta experiencia me ha marcado.
Me ha bendecido. Me ha metido en aprietos.
Me ha cuestionado mucho sobre la Iglesia, la política, la cuestión social.
Me hizo tomar decisiones a la luz del Evangelio.
Me sacó del anonimato. Me hizo mejor persona.
Me ha puesto la camiseta de una persona comprometida con la Iglesia, con mi pueblo, con los jóvenes, pero al pasar de los años a muchos se nos quedó guardada la camiseta, se nos ha querido apagar la llama que nos impulsaba a actuar.
A muchos se nos olvidaba ese efervescencia interior que nos hacía expresar:
DIOS ME AMA.
Por eso es preciso celebrar, sacar la camiseta del Movimiento de Jornadas, sacar el impulso de esos años jóvenes y ponernos a trabajar.
Porque la tierra que no es labrada llevará abrojos y espinas aunque sea fértil, dice Sta. Teresa.
Es hora de volver a labrar la tierra que se ha puesto seca, endurecida, sedienta.
Hay familias, hay personas, hay personas que necesitan saber que su vida es valiosa, que tienen una palabra que cuenta, que pueden ser escuchados y que también son muy amados.
Se necesitan laicos adultos, sacerdotes, religiosas y religiosos que quieran acompañar la vida de los jovenes, falta jugársela por el joven, como José Pablo, como Gumer, como tantos y tantos…
Y Aquí estamos…
Por eso y mucho más que guarda cariñosamente nuestro corazón, es preciso CELEBRAR 50 años del paso de Dios por nuestras vidas, a través de la experiencia joven de jornadas.
Queremos que María siga siendo esa sustancia, ese perfume, esa armonía que mueva nuestro interior y nos lleve a la acción.
Porque queremos así como ayer, hacer hoy, lo que Él nos diga.
"Todo a Jesús por María... Todo a María para Jesús"
Ave María y Adelante...!
De Colores...!
De Colores...!
29 de marzo de 2011
50 Aniversario de vida del MJVC en el mundo..
Este año 2011 el Movimiento cumple 50 años de evangelizar al joven por medio del joven, gracias a muchísimas personas que a lo largo de su historia han contribuido con la encomienda de Jesús y han forjado cada uno de los elementos de crecimiento que ahora nos toca vivir, no sin dejar de ser también los protagonistas de esa misma historia, encomendados a impulsarla, expandirla y vivirla. El logotipo quiere expresar la sencillez y unidad que tienen los jóvenes auxiliares al transmitir el mensaje de la Buena Nueva hacia sus hermanos, con la simplicidad del logotipo y a la vez teniendo muy unidos los símbolos que lo componen.
Los símbolos:
La cruz: Tan delgada y frágil, casi quebradiza representa el cuidado que tenemos y la importancia que le damos a la tarea de transmitir esa cruz al joven, que para los auxiliares representa el centro de nuestras vidas y la prueba más grande de amor, por la cual se valió Jesucristo para abrirnos las puertas a la vida eterna.
María: Que forma parte del “5” muestra la unidad y acompañamiento que ha tenido con nuestro movimiento a lo largo de estos años, que nos quiere y nosotros a ella, por eso seguimos su ejemplo que nos ayuda a tener una hermosa forma de acercarnos a su Hijo.
Los jóvenes: Estando insertos dentro del “0”, simbolizan el acto de la evangelización, ya que uno de ellos se encuentra lleno de la cruz, está cerca de ella y ésta lo protege un poco más, como lo ha hecho siempre y lo seguirá haciendo Nuestro Señor Jesucristo (“Yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin del mundo”), la llevamos a nuestros hermanos con mucho cuidado, a aquel que se encuentra aun vacío, que le hace falta crecer, personal y espiritualmente, a aquel joven que se encuentra al otro lado de la tierra ya que nuestro movimiento sigue creciendo cada vez más y con ella la Evangelización.
El 50: Simboliza el tiempo que el movimiento ha dado vida a jóvenes por medio de la evangelización, y que ahora celebramos jubilosamente.
Los colores:
Dorado: Que caracterizan al número 50, número que representa crecimiento y perseverancia, siendo las bodas de Oro de nuestro MJVC.
Azul: Color Mariano, como lo es también nuestro movimiento, “Todo a Jesús por María… todo a María para Jesús”.
Rojo: Pasión que se desborda al celebrar este 50 aniversario, la misma que tuvo Jesús al entregar su vida por nosotros.
Negro: La forma en cómo nos hemos ido llenando del amor de Dios.
Ave María y Adelante...!
De Colores...!
Los símbolos:
La cruz: Tan delgada y frágil, casi quebradiza representa el cuidado que tenemos y la importancia que le damos a la tarea de transmitir esa cruz al joven, que para los auxiliares representa el centro de nuestras vidas y la prueba más grande de amor, por la cual se valió Jesucristo para abrirnos las puertas a la vida eterna.
María: Que forma parte del “5” muestra la unidad y acompañamiento que ha tenido con nuestro movimiento a lo largo de estos años, que nos quiere y nosotros a ella, por eso seguimos su ejemplo que nos ayuda a tener una hermosa forma de acercarnos a su Hijo.
Los jóvenes: Estando insertos dentro del “0”, simbolizan el acto de la evangelización, ya que uno de ellos se encuentra lleno de la cruz, está cerca de ella y ésta lo protege un poco más, como lo ha hecho siempre y lo seguirá haciendo Nuestro Señor Jesucristo (“Yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin del mundo”), la llevamos a nuestros hermanos con mucho cuidado, a aquel que se encuentra aun vacío, que le hace falta crecer, personal y espiritualmente, a aquel joven que se encuentra al otro lado de la tierra ya que nuestro movimiento sigue creciendo cada vez más y con ella la Evangelización.
El 50: Simboliza el tiempo que el movimiento ha dado vida a jóvenes por medio de la evangelización, y que ahora celebramos jubilosamente.
Los colores:
Dorado: Que caracterizan al número 50, número que representa crecimiento y perseverancia, siendo las bodas de Oro de nuestro MJVC.
Azul: Color Mariano, como lo es también nuestro movimiento, “Todo a Jesús por María… todo a María para Jesús”.
Rojo: Pasión que se desborda al celebrar este 50 aniversario, la misma que tuvo Jesús al entregar su vida por nosotros.
Negro: La forma en cómo nos hemos ido llenando del amor de Dios.
Ave María y Adelante...!
De Colores...!
28 de marzo de 2011
27 de marzo de 2011
Viviendo la Cuaresma..
Durante este tiempo especial de purificación, contamos con una serie de medios concretos que la Iglesia nos propone y que nos ayudan a vivir la dinámica cuaresmal. Ante todo, la vida de oración, condición indispensable para el encuentro con Dios.
En la oración, si el creyente ingresa en el diálogo íntimo con el Señor, deja que la gracia divina penetre su corazón y, a semejanza de Santa María, se abre la oración del Espíritu cooperando a ella con su respuesta libre y generosa (ver Lc 1,38).
Asimismo, también debemos intensificar la escucha y la meditación atenta a la Palabra de Dios, la asistencia frecuente al Sacramento de la Reconciliación y la Eucaristía, lo mismo la práctica del ayuno, según las posibilidades de cada uno.
La mortificación y la renuncia en las circunstancias ordinarias de nuestra vida, también constituyen un medio concreto para vivir el espíritu de Cuaresma. No se trata tanto de crear ocasiones extraordinarias, sino más bien, de saber ofrecer aquellas circunstancias cotidianas que nos son molestas, de aceptar con humildad, gozo y alegría, los distintos contratiempos que se nos presentan a diario. De la misma manera, el saber renunciar a ciertas cosas legítimas nos ayuda a vivir el desprendimiento y ser más libres.
De entre las distintas practicas cuaresmales que nos propone la Iglesia, vivir la caridad ocupa un lugar especial. Así nos lo recuerda San León Magno: "estos días cuaresmales nos invitan de manera apremiante el ejercicio de la caridad; si deseamos llegar a la Pascua santificados en nuestro ser, debemos poner un interés especialísimo en la adquisición de esta virtud, que contiene en si a las demás y cubre multitud de pecados ".
Esta vivencia de la caridad debernos vivirla de manera especial con aquel a quien tenemos más cerca, en el ambiente concreto en el que nos movemos.
Así, vamos construyendo en el otro "el bien más precioso y efectivo, que es el de la coherencia con la propia vocación cristiana" (Juan Pablo II).
Cómo vivir la Cuaresma.
1. Arrepintiéndome de mis pecados y confesándome. Pensar en qué he ofendido a Dios, Nuestro Señor, si me duele haberlo ofendido, si realmente estoy arrepentido. Éste es un muy buen momento del año para llevar a cabo una confesión preparada y de corazón. Revisa los mandamientos de Dios y de la Iglesia para poder hacer una buena confesión. Ayúdate de un libro para estructurar tu confesión. Busca el tiempo para llevarla a cabo.
2. Luchando por cambiar. Analiza tu conducta para conocer en qué estás fallando. Hazte propósitos para cumplir día con día y revisa en la noche si lo lograste. Recuerda no ponerte demasiados porque te va a ser muy difícil cumplirlos todos. Hay que subir las escaleras de un escalón en un escalón, no se puede subir toda de un brinco. Conoce cuál es tu defecto dominante y haz un plan para luchar contra éste. Tu plan debe ser realista, práctico y concreto para poderlo cumplir.
3. Haciendo sacrificios. La palabra sacrificio viene del latín sacrum-facere, que significa "hacer sagrado". Entonces, hacer un sacrificio es hacer una cosa sagrada, es decir, ofrecerla a Dios por amor. Hacer sacrificio es ofrecer a Dios, porque lo amas, cosas que te cuestan trabajo. Por ejemplo, ser amable con el vecino que no te simpatiza o ayudar a otro en su trabajo. A cada uno de nosotros hay algo que nos cuesta trabajo hacer en la vida de todos los días. Si esto se lo ofrecemos a Dios por amor, estamos haciendo sacrificio.
4. Haciendo oración. Aprovecha estos días para orar, para platicar con Dios, para decirle que lo quieres y que quieres estar con Él. Te puedes ayudar de un buen libro de meditación para Cuaresma.
Ave María y Adelante...!
De Colores...!
En la oración, si el creyente ingresa en el diálogo íntimo con el Señor, deja que la gracia divina penetre su corazón y, a semejanza de Santa María, se abre la oración del Espíritu cooperando a ella con su respuesta libre y generosa (ver Lc 1,38).
Asimismo, también debemos intensificar la escucha y la meditación atenta a la Palabra de Dios, la asistencia frecuente al Sacramento de la Reconciliación y la Eucaristía, lo mismo la práctica del ayuno, según las posibilidades de cada uno.
La mortificación y la renuncia en las circunstancias ordinarias de nuestra vida, también constituyen un medio concreto para vivir el espíritu de Cuaresma. No se trata tanto de crear ocasiones extraordinarias, sino más bien, de saber ofrecer aquellas circunstancias cotidianas que nos son molestas, de aceptar con humildad, gozo y alegría, los distintos contratiempos que se nos presentan a diario. De la misma manera, el saber renunciar a ciertas cosas legítimas nos ayuda a vivir el desprendimiento y ser más libres.
De entre las distintas practicas cuaresmales que nos propone la Iglesia, vivir la caridad ocupa un lugar especial. Así nos lo recuerda San León Magno: "estos días cuaresmales nos invitan de manera apremiante el ejercicio de la caridad; si deseamos llegar a la Pascua santificados en nuestro ser, debemos poner un interés especialísimo en la adquisición de esta virtud, que contiene en si a las demás y cubre multitud de pecados ".
Esta vivencia de la caridad debernos vivirla de manera especial con aquel a quien tenemos más cerca, en el ambiente concreto en el que nos movemos.
Así, vamos construyendo en el otro "el bien más precioso y efectivo, que es el de la coherencia con la propia vocación cristiana" (Juan Pablo II).
Cómo vivir la Cuaresma.
1. Arrepintiéndome de mis pecados y confesándome. Pensar en qué he ofendido a Dios, Nuestro Señor, si me duele haberlo ofendido, si realmente estoy arrepentido. Éste es un muy buen momento del año para llevar a cabo una confesión preparada y de corazón. Revisa los mandamientos de Dios y de la Iglesia para poder hacer una buena confesión. Ayúdate de un libro para estructurar tu confesión. Busca el tiempo para llevarla a cabo.
2. Luchando por cambiar. Analiza tu conducta para conocer en qué estás fallando. Hazte propósitos para cumplir día con día y revisa en la noche si lo lograste. Recuerda no ponerte demasiados porque te va a ser muy difícil cumplirlos todos. Hay que subir las escaleras de un escalón en un escalón, no se puede subir toda de un brinco. Conoce cuál es tu defecto dominante y haz un plan para luchar contra éste. Tu plan debe ser realista, práctico y concreto para poderlo cumplir.
3. Haciendo sacrificios. La palabra sacrificio viene del latín sacrum-facere, que significa "hacer sagrado". Entonces, hacer un sacrificio es hacer una cosa sagrada, es decir, ofrecerla a Dios por amor. Hacer sacrificio es ofrecer a Dios, porque lo amas, cosas que te cuestan trabajo. Por ejemplo, ser amable con el vecino que no te simpatiza o ayudar a otro en su trabajo. A cada uno de nosotros hay algo que nos cuesta trabajo hacer en la vida de todos los días. Si esto se lo ofrecemos a Dios por amor, estamos haciendo sacrificio.
4. Haciendo oración. Aprovecha estos días para orar, para platicar con Dios, para decirle que lo quieres y que quieres estar con Él. Te puedes ayudar de un buen libro de meditación para Cuaresma.
Ave María y Adelante...!
De Colores...!
22 de marzo de 2011
Preguntas sobre la Cuaresma..
¿QUÉ ES LA CUARESMA? Llamamos Cuaresma al período de 40 días (cuadragésima) reservado a la preparación de la Pascua, y señalado por la última preparación de los catecúmenos que deberían recibir en ella el bautismo.
¿DESDE CUÁNDO SE VIVE LA CUARESMA? Desde el siglo IV se manifiesta la tendencia a constituirla en tiempo de penitencia y de renovación para toda la Iglesia, con la práctica del ayuno y de la abstinencia. Conservada con bastante vigor, al menos en un principio, en las iglesias de oriente, la práctica penitencial de la Cuaresma ha sido cada vez más aligerada en occidente, pero debe observarse un espíritu penitencial y de conversión.
¿POR QUÉ LA CUARESMA EN LA IGLESIA CATÓLICA? "La Iglesia se une todos los años, durante los 40 días de la Gran Cuaresma, al Misterio de Jesús en el desierto" (n. 540).
¿CUÁL ES, POR TANTO, EL ESPÍRITU DE LA CUARESMA? Debe ser como un retiro colectivo de 40 días, durante los cuales la Iglesia, proponiendo a sus fieles el ejemplo de Cristo en su retiro al desierto, se prepara para la celebración de las solemnidades pascuales, con la purificación del corazón, una práctica perfecta de la vida cristiana y una actitud penitencial.
¿QUÉ ES LA PENITENCIA? La penitencia, traducción latina de la palabra griega metanoia que en la Biblia significa la conversión (literalmente el cambio de espíritu) del pecador, designa todo un conjunto de actos interiores y exteriores dirigidos a la reparación del pecado cometido, y el estado de cosas que resulta de ello para el pecador. Literalmente cambio de vida, se dice del acto del pecador que vuelve a Dios después de haber estado alejado de Él, o del incrédulo que alcanza la fe.
¿QUÉ MANIFESTACIONES TIENE LA PENITENCIA? "La penitencia interior del cristiano puede tener expresiones muy variadas. La Escritura y los Padres insisten sobre todo en tres formas: el AYUNO, la oración, la limosna, que expresan la conversión con relación a sí mismo, con relación a Dios y con relación a los demás. Junto a la purificación radical operada por el Bautismo o por el martirio, citan, como medio de obtener el perdón de los pecados, los esfuerzos realizados para reconciliarse con el prójimo, las lágrimas de penitencia, la preocupación por la salvación del prójimo, la intercesión de los santos y la práctica de la caridad "que cubre multitud de pecados" (1 Pedro, 4,8.)." (CIC, n.1434).
¿ESTAMOS OBLIGADOS A HACER PENITENCIA? "Todos los fieles, cada uno a su modo, están obligados por la ley divina a hacer penitencia; sin embargo, para que todos se unan en alguna práctica común de penitencia, se han fijado unos días penitenciales en los que se dediquen los fieles de manera especial a la oración, realicen obras de piedad y de caridad y se nieguen a sí mismos, cumpliendo con mayor fidelidad sus propias obligaciones y, sobre todo, observando el ayuno y la abstinencia." (Cód. Dcho. Canónico, cánon 1249).
¿CUÁLES SON LOS DÍAS Y TIEMPOS PENITENCIALES? "En la Iglesia universal, son días y tiempos penitenciales todos los viernes del año y el tiempo de cuaresma." (Cód. Dcho. Canónico, cánon 1250).
¿QUÉ DEBE HACERSE TODOS LOS VIERNES DEL AÑO? En recuerdo del día en que murió Jesucristo en la Santa Cruz, "todos los viernes, a no ser que coincidan con una solemnidad, debe guardarse la abstinencia de carne, o de otro alimento que haya determinado la Conferencia Episcopal; ayuno y abstinencia se guardarán el miércoles de Ceniza y el Viernes Santo." (Cód. Dcho. Canónico, cánon 1251).
¿CUÁNDO ES CUARESMA? La Cuaresma comienza el Miércoles de ceniza y concluye inmediatamente antes de la Misa Vespertina in Coena Domini. (jueves santo). Todo este período forma una unidad, pudiéndose distinguir los siguientes elementos: 1)El Miércoles de ceniza, 2)Los domingos, agrupados en el binomio, I-II; III, IV y V; y el Domingo de Ramos de la Pasión del Señor, 3)La Misa Crismal y 4)Las ferias.
¿QUÉ ES EL MIÉRCOLES DE CENIZA? Es el principio de la Cuaresma; un día especialmente penitencial, en el que manifestamos nuestro deseo personal de CONVERSIÓN a Dios. Al acercarnos a los templos a que nos impongan la ceniza, expresamos con humildad y sinceridad de corazón, que deseamos convertirnos y creer de verdad en el Evangelio.
¿CUÁNDO TIENE ORIGEN LA PRÁCTICA DE LA CENIZA? El origen de la imposición de la ceniza pertenece a la estructura de la penitencia canónica. Empieza a ser obligatorio para toda la comunidad cristiana a partir del siglo X. La liturgia actual, conserva los elementos tradicionales: imposición de la ceniza y ayuno riguroso.
¿CUÁNDO SE BENDICE E IMPONE LA CENIZA? La bendición e imposición de la ceniza tiene lugar dentro de la Misa, después de la homilía; aunque en circunstancias especiales, se puede hacer dentro de una celebración de la Palabra. Las fórmulas de imposición de la ceniza se inspiran en la Escritura: Gn, 3, 19 y Mc 1, 15.
¿DE DÓNDE PROVIENE LA CENIZA? La ceniza procede de los ramos bendecidos el Domingo de la Pasión del Señor, del año anterior, siguiendo una costumbre que se remonta al siglo XII. La fórmula de bendición hace relación a la condición pecadora de quienes la recibirán.
¿CUÁL ES EL SIMBOLISMO DE LA CENIZA? El simbolismo de la ceniza es el siguiente: a) Condición débil y caduca del hombre, que camina hacia la muerte; b) Situación pecadora del hombre; c) Oración y súplica ardiente para que el Señor acuda en su ayuda; y d) Resurrección, ya que el hombre está destinado a participar en el triunfo de Cristo.
¿A QUÉ NOS INVITA LA IGLESIA EN LA CUARESMA? La Iglesia persiste en invitarnos a hacer de este tiempo como un retiro espiritual en el que el esfuerzo de meditación y de oración debe estar sostenido por un esfuerzo de mortificación personal cuya medida, a partir de este mínimo, es dejada a la libertad generosidad de cada uno.
¿QUÉ DEBE SEGUIRSE DE VIVIR LA CUARESMA? Si se vive bien la Cuaresma, deberá lograrse una auténtica y profunda CONVERSIÓN personal, preparándonos, de este modo, para la fiesta más grande del año: el Domingo de la Resurrección del Señor.
¿QUÉ ES LA CONVERSIÓN? Convertirse es reconciliarse con Dios, apartarse del mal, para establecer la amistad con el Creador. Supone e incluye dejar el arrepentimiento y la Confesión de todos y cada uno de nuestros pecados. Una vez en gracia (sin conciencia de pecado mortal), hemos de proponernos cambiar desde dentro (en actitudes) todo aquello que no agrada a Dios.
¿POR QUÉ SE DICE QUE LA CUARESMA ES UN "TIEMPO FUERTE" Y UN "TIEMPO PENITENCIAL"? "Los tiempos y los días de penitencia a lo largo del año litúrgico (el tiempo de CUARESMA, cada viernes en memoria de la muerte del Señor) son momentos fuertes de la práctica penitencial de la Iglesia. Estos tiempos son particularmente apropiados para los ejercicios espirituales, las liturgias penitenciales, las peregrinaciones como signo de penitencia, las privaciones voluntarias como el ayuno y la limosna, la comunicación cristiana de bienes (obras caritativas y misioneras)." (CIC, n. 1438)
¿CÓMO CONCRETAR MI DESEO DE CONVERSIÓN? De diversas maneras, pero siempre realizando obras de conversión, como son, por ejemplo: 1.Acudir al Sacramento de la Reconciliación y hacer una buena confesión: clara, concisa, concreta y completa. 2.Superar las divisiones, perdonando y crecer en espíritu fraterno. 3.Practicando las Obras de Misericordia.
¿CUÁLES SON LAS OBRAS DE MISERICORDIA? Las Obras de Misericordia espirituales son:
1.Enseñar al que no sabe. 2.Dar buen consejo al que lo necesita. 3.Corregir al que yerra. 4.Perdonar las injurias. 5.Consolar al triste. 6.Sufrir con paciencia las adversidades y flaquezas del prójimo. 7.Rogar a Dios por los vivos y los muertos 8.
Las Obras de Misericordia corporales son: 9.Visitar al enfermo. 10.Dar de comer al hambriento. 11.Dar de beber al sediento. 12.Socorrer al cautivo. 13.Vestir al desnudo. 14.Dar posada al peregrino. 15.Enterrar a los muertos.
¿QUÉ OBLIGACIONES TIENE UN CATÓLICO EN CUARESMA? Hay que cumplir con el precepto del Ayuno y la Abstinencia, así como con el de la Confesión y Comunión anual.
¿EN QUÉ CONSISTE EL AYUNO? El ayuno consiste en hacer una sola comida al día, aunque se puede comer algo menos de lo acostumbrado por la mañana y la noche. No se debe comer nada entre los alimentos principales, salvo caso de enfermedad.
¿A QUIÉN OBLIGA EL AYUNO? Obliga vivir la ley del ayuno, a todos los mayores de edad, hasta que tengan cumplido 59 años. (cfr. CIC, c. 1252).
¿QUÉ ES LA ABSTINENCIA? Se llama abstinencia a privarse de comer carne (roja o blanca y sus derivados).
¿A QUIÉN OBLIGA LA ABSTINENCIA? La ley de la abstinencia obliga a los que han cumplido 14 años. (cfr. CIC, c. 1252).
¿PUEDE CAMBIARSE LA PRÁCTICA DEL AYUNO Y LA ABSTINENCIA? "La Conferencia Episcopal de cada País puede determinar con más detalle el modo de observar el ayuno y la abstinencia, así como sustituirlos en todo o en parte por otras formas de penitencia, sobre todo por obras de caridad y prácticas de piedad." (Cód. Dcho. Canónico, cánon 1253).
¿QUÉ ES LO QUE IMPORTA DE FONDO DEL AYUNO Y LA ABSTINECIA? Debe cuidarse el no vivir el ayuno o la abstinencia como unos mínimos, sino como una manera concreta con la que nuestra Santa Madre Iglesia nos ayuda a crecer en el verdadero espíritu de penitencia.
¿QUÉ ASPECTOS PASTORALES CONVIENE RESALTAR EN LA CUARESMA? Este es un tiempo litúrgico fuerte, en el que toda la Iglesia se prepara para la celebración de las fiestas pascuales. La Pascua del Señor, el Bautismo y la invitación a la reconciliación, mediante el Scramento de la Penitencia, son sus grandes coordenadas.
Se sugiere utilizar como medios de acción pastoral: la catequesis del Misterio Pascual y de los sacramentos; la exposición y celebración abundante de la Palabra de Dios, como lo aconseja vivamente el cánon. 767, & 3, 3); la participación, de ser posible diaria, en la liturgia cuaresmal, en las celebraciones penitenciales y, sobre todo, en la recepción del Sacramento de la penitencia: "son momentos fuertes en la práctica penitencial de la Iglesia" (CEC, n. 1438), haciendo notar que "junto a las consecuencias sociales del pecado, detesta el mismo pecado en cuanto es ofensa a Dios"; y, el fomento de los ejercicios espirituales, las peregrinaciones, como signo de penitencia, las privaciones voluntarias como el ayuno y la limosna y las obras caritativas y misioneras.
Fuente: Church Forum (www.churchforum.org)
Ave María y Adelante...!
De Colores...!
¿DESDE CUÁNDO SE VIVE LA CUARESMA? Desde el siglo IV se manifiesta la tendencia a constituirla en tiempo de penitencia y de renovación para toda la Iglesia, con la práctica del ayuno y de la abstinencia. Conservada con bastante vigor, al menos en un principio, en las iglesias de oriente, la práctica penitencial de la Cuaresma ha sido cada vez más aligerada en occidente, pero debe observarse un espíritu penitencial y de conversión.
¿POR QUÉ LA CUARESMA EN LA IGLESIA CATÓLICA? "La Iglesia se une todos los años, durante los 40 días de la Gran Cuaresma, al Misterio de Jesús en el desierto" (n. 540).
¿CUÁL ES, POR TANTO, EL ESPÍRITU DE LA CUARESMA? Debe ser como un retiro colectivo de 40 días, durante los cuales la Iglesia, proponiendo a sus fieles el ejemplo de Cristo en su retiro al desierto, se prepara para la celebración de las solemnidades pascuales, con la purificación del corazón, una práctica perfecta de la vida cristiana y una actitud penitencial.
¿QUÉ ES LA PENITENCIA? La penitencia, traducción latina de la palabra griega metanoia que en la Biblia significa la conversión (literalmente el cambio de espíritu) del pecador, designa todo un conjunto de actos interiores y exteriores dirigidos a la reparación del pecado cometido, y el estado de cosas que resulta de ello para el pecador. Literalmente cambio de vida, se dice del acto del pecador que vuelve a Dios después de haber estado alejado de Él, o del incrédulo que alcanza la fe.
¿QUÉ MANIFESTACIONES TIENE LA PENITENCIA? "La penitencia interior del cristiano puede tener expresiones muy variadas. La Escritura y los Padres insisten sobre todo en tres formas: el AYUNO, la oración, la limosna, que expresan la conversión con relación a sí mismo, con relación a Dios y con relación a los demás. Junto a la purificación radical operada por el Bautismo o por el martirio, citan, como medio de obtener el perdón de los pecados, los esfuerzos realizados para reconciliarse con el prójimo, las lágrimas de penitencia, la preocupación por la salvación del prójimo, la intercesión de los santos y la práctica de la caridad "que cubre multitud de pecados" (1 Pedro, 4,8.)." (CIC, n.1434).
¿ESTAMOS OBLIGADOS A HACER PENITENCIA? "Todos los fieles, cada uno a su modo, están obligados por la ley divina a hacer penitencia; sin embargo, para que todos se unan en alguna práctica común de penitencia, se han fijado unos días penitenciales en los que se dediquen los fieles de manera especial a la oración, realicen obras de piedad y de caridad y se nieguen a sí mismos, cumpliendo con mayor fidelidad sus propias obligaciones y, sobre todo, observando el ayuno y la abstinencia." (Cód. Dcho. Canónico, cánon 1249).
¿CUÁLES SON LOS DÍAS Y TIEMPOS PENITENCIALES? "En la Iglesia universal, son días y tiempos penitenciales todos los viernes del año y el tiempo de cuaresma." (Cód. Dcho. Canónico, cánon 1250).
¿QUÉ DEBE HACERSE TODOS LOS VIERNES DEL AÑO? En recuerdo del día en que murió Jesucristo en la Santa Cruz, "todos los viernes, a no ser que coincidan con una solemnidad, debe guardarse la abstinencia de carne, o de otro alimento que haya determinado la Conferencia Episcopal; ayuno y abstinencia se guardarán el miércoles de Ceniza y el Viernes Santo." (Cód. Dcho. Canónico, cánon 1251).
¿CUÁNDO ES CUARESMA? La Cuaresma comienza el Miércoles de ceniza y concluye inmediatamente antes de la Misa Vespertina in Coena Domini. (jueves santo). Todo este período forma una unidad, pudiéndose distinguir los siguientes elementos: 1)El Miércoles de ceniza, 2)Los domingos, agrupados en el binomio, I-II; III, IV y V; y el Domingo de Ramos de la Pasión del Señor, 3)La Misa Crismal y 4)Las ferias.
¿QUÉ ES EL MIÉRCOLES DE CENIZA? Es el principio de la Cuaresma; un día especialmente penitencial, en el que manifestamos nuestro deseo personal de CONVERSIÓN a Dios. Al acercarnos a los templos a que nos impongan la ceniza, expresamos con humildad y sinceridad de corazón, que deseamos convertirnos y creer de verdad en el Evangelio.
¿CUÁNDO TIENE ORIGEN LA PRÁCTICA DE LA CENIZA? El origen de la imposición de la ceniza pertenece a la estructura de la penitencia canónica. Empieza a ser obligatorio para toda la comunidad cristiana a partir del siglo X. La liturgia actual, conserva los elementos tradicionales: imposición de la ceniza y ayuno riguroso.
¿CUÁNDO SE BENDICE E IMPONE LA CENIZA? La bendición e imposición de la ceniza tiene lugar dentro de la Misa, después de la homilía; aunque en circunstancias especiales, se puede hacer dentro de una celebración de la Palabra. Las fórmulas de imposición de la ceniza se inspiran en la Escritura: Gn, 3, 19 y Mc 1, 15.
¿DE DÓNDE PROVIENE LA CENIZA? La ceniza procede de los ramos bendecidos el Domingo de la Pasión del Señor, del año anterior, siguiendo una costumbre que se remonta al siglo XII. La fórmula de bendición hace relación a la condición pecadora de quienes la recibirán.
¿CUÁL ES EL SIMBOLISMO DE LA CENIZA? El simbolismo de la ceniza es el siguiente: a) Condición débil y caduca del hombre, que camina hacia la muerte; b) Situación pecadora del hombre; c) Oración y súplica ardiente para que el Señor acuda en su ayuda; y d) Resurrección, ya que el hombre está destinado a participar en el triunfo de Cristo.
¿A QUÉ NOS INVITA LA IGLESIA EN LA CUARESMA? La Iglesia persiste en invitarnos a hacer de este tiempo como un retiro espiritual en el que el esfuerzo de meditación y de oración debe estar sostenido por un esfuerzo de mortificación personal cuya medida, a partir de este mínimo, es dejada a la libertad generosidad de cada uno.
¿QUÉ DEBE SEGUIRSE DE VIVIR LA CUARESMA? Si se vive bien la Cuaresma, deberá lograrse una auténtica y profunda CONVERSIÓN personal, preparándonos, de este modo, para la fiesta más grande del año: el Domingo de la Resurrección del Señor.
¿QUÉ ES LA CONVERSIÓN? Convertirse es reconciliarse con Dios, apartarse del mal, para establecer la amistad con el Creador. Supone e incluye dejar el arrepentimiento y la Confesión de todos y cada uno de nuestros pecados. Una vez en gracia (sin conciencia de pecado mortal), hemos de proponernos cambiar desde dentro (en actitudes) todo aquello que no agrada a Dios.
¿POR QUÉ SE DICE QUE LA CUARESMA ES UN "TIEMPO FUERTE" Y UN "TIEMPO PENITENCIAL"? "Los tiempos y los días de penitencia a lo largo del año litúrgico (el tiempo de CUARESMA, cada viernes en memoria de la muerte del Señor) son momentos fuertes de la práctica penitencial de la Iglesia. Estos tiempos son particularmente apropiados para los ejercicios espirituales, las liturgias penitenciales, las peregrinaciones como signo de penitencia, las privaciones voluntarias como el ayuno y la limosna, la comunicación cristiana de bienes (obras caritativas y misioneras)." (CIC, n. 1438)
¿CÓMO CONCRETAR MI DESEO DE CONVERSIÓN? De diversas maneras, pero siempre realizando obras de conversión, como son, por ejemplo: 1.Acudir al Sacramento de la Reconciliación y hacer una buena confesión: clara, concisa, concreta y completa. 2.Superar las divisiones, perdonando y crecer en espíritu fraterno. 3.Practicando las Obras de Misericordia.
¿CUÁLES SON LAS OBRAS DE MISERICORDIA? Las Obras de Misericordia espirituales son:
1.Enseñar al que no sabe. 2.Dar buen consejo al que lo necesita. 3.Corregir al que yerra. 4.Perdonar las injurias. 5.Consolar al triste. 6.Sufrir con paciencia las adversidades y flaquezas del prójimo. 7.Rogar a Dios por los vivos y los muertos 8.
Las Obras de Misericordia corporales son: 9.Visitar al enfermo. 10.Dar de comer al hambriento. 11.Dar de beber al sediento. 12.Socorrer al cautivo. 13.Vestir al desnudo. 14.Dar posada al peregrino. 15.Enterrar a los muertos.
¿QUÉ OBLIGACIONES TIENE UN CATÓLICO EN CUARESMA? Hay que cumplir con el precepto del Ayuno y la Abstinencia, así como con el de la Confesión y Comunión anual.
¿EN QUÉ CONSISTE EL AYUNO? El ayuno consiste en hacer una sola comida al día, aunque se puede comer algo menos de lo acostumbrado por la mañana y la noche. No se debe comer nada entre los alimentos principales, salvo caso de enfermedad.
¿A QUIÉN OBLIGA EL AYUNO? Obliga vivir la ley del ayuno, a todos los mayores de edad, hasta que tengan cumplido 59 años. (cfr. CIC, c. 1252).
¿QUÉ ES LA ABSTINENCIA? Se llama abstinencia a privarse de comer carne (roja o blanca y sus derivados).
¿A QUIÉN OBLIGA LA ABSTINENCIA? La ley de la abstinencia obliga a los que han cumplido 14 años. (cfr. CIC, c. 1252).
¿PUEDE CAMBIARSE LA PRÁCTICA DEL AYUNO Y LA ABSTINENCIA? "La Conferencia Episcopal de cada País puede determinar con más detalle el modo de observar el ayuno y la abstinencia, así como sustituirlos en todo o en parte por otras formas de penitencia, sobre todo por obras de caridad y prácticas de piedad." (Cód. Dcho. Canónico, cánon 1253).
¿QUÉ ES LO QUE IMPORTA DE FONDO DEL AYUNO Y LA ABSTINECIA? Debe cuidarse el no vivir el ayuno o la abstinencia como unos mínimos, sino como una manera concreta con la que nuestra Santa Madre Iglesia nos ayuda a crecer en el verdadero espíritu de penitencia.
¿QUÉ ASPECTOS PASTORALES CONVIENE RESALTAR EN LA CUARESMA? Este es un tiempo litúrgico fuerte, en el que toda la Iglesia se prepara para la celebración de las fiestas pascuales. La Pascua del Señor, el Bautismo y la invitación a la reconciliación, mediante el Scramento de la Penitencia, son sus grandes coordenadas.
Se sugiere utilizar como medios de acción pastoral: la catequesis del Misterio Pascual y de los sacramentos; la exposición y celebración abundante de la Palabra de Dios, como lo aconseja vivamente el cánon. 767, & 3, 3); la participación, de ser posible diaria, en la liturgia cuaresmal, en las celebraciones penitenciales y, sobre todo, en la recepción del Sacramento de la penitencia: "son momentos fuertes en la práctica penitencial de la Iglesia" (CEC, n. 1438), haciendo notar que "junto a las consecuencias sociales del pecado, detesta el mismo pecado en cuanto es ofensa a Dios"; y, el fomento de los ejercicios espirituales, las peregrinaciones, como signo de penitencia, las privaciones voluntarias como el ayuno y la limosna y las obras caritativas y misioneras.
Fuente: Church Forum (www.churchforum.org)
Ave María y Adelante...!
De Colores...!
21 de marzo de 2011
No tengan miedo de ser los Santos del nuevo milenio..
El lema de nuestra Jornada de Jornadas fue "No teman ser los Santos del nuevo milenio".. Del mensaje de Juan Pablo II el 29 de junio de 2000, con vistas a la Jornada Mundial de la Juventud..
Este fue el mensaje del Papa:
«La Palabra se hizo carne, y puso su morada entre nosotros».
La cruz de los jóvenes.
Como recuerda el pontífice en el mensaje, en el centro de este acontecimiento estará la cruz de madera que él mismo entregó por primera vez a los jóvenes hace 16 años, cuando tuvo lugar la primera Jornada Mundial de la Juventud, para invitar a los chicos y chicas a «a llevarla por el mundo, como signo del amor del Señor Jesús por la humanidad y como anuncio que sólo en Cristo muerto y resucitado hay salvación y redención».
«Después de haber atravesado los continentes -constata el Papa-, esta Cruz ahora vuelve a Roma trayendo consigo la oración y el compromiso de millones de jóvenes que en ella han reconocido el signo simple y sagrado del amor de Dios a la humanidad».
Abrid las puertas a Cristo.
Al dirigirse a los jóvenes, Juan Pablo II lanza la misma invitación que hizo al comenzar su pontificado «a abrir de par en par las puertas a Cristo».
«Acoger a Cristo -explica- significa recibir del Padre el mandato de vivir en el amor a él y a los hermanos, sintiéndose solidarios con todos, sin ninguna discriminación; significa creer que en la historia humana, a pesar de estar marcada por el mal y por el sufrimiento, la última palabra pertenece a la vida y al amor, porque Dios vino a habitar entre nosotros para que nosotros pudiésemos vivir en Él».
La carta se convierte así en una profunda y sencilla meditación sobre el misterio de Cristo. Juan Pablo II invita a los jóvenes a ser contemplativos: «Permaneced admirando extasiados al recién nacido que María ha dado a luz, envuelto en pañales y acostado en un pesebre: es Dios mismo entre nosotros. Mirad a Jesús de Nazaret, por algunos acogido y por otros vilipendiado, despreciado y rechazado: es el Salvador de todos. Adorad a Cristo, nuestro Redentor, que nos rescata y libera del pecado y de la muerte: es el Dios vivo, fuente de la Vida».
«Jóvenes de todos los continentes --concluye el Papa, ¡no tengáis miedo de ser los santos del nuevo milenio! Sed contemplativos y amantes de la oración, coherentes con vuestra fe y generosos en el servicio a los hermanos, miembros activos de la Iglesia y constructores de paz».
Ave María y Adelante...!
De Colores...!
Este fue el mensaje del Papa:
«La Palabra se hizo carne, y puso su morada entre nosotros».
La cruz de los jóvenes.
Como recuerda el pontífice en el mensaje, en el centro de este acontecimiento estará la cruz de madera que él mismo entregó por primera vez a los jóvenes hace 16 años, cuando tuvo lugar la primera Jornada Mundial de la Juventud, para invitar a los chicos y chicas a «a llevarla por el mundo, como signo del amor del Señor Jesús por la humanidad y como anuncio que sólo en Cristo muerto y resucitado hay salvación y redención».
«Después de haber atravesado los continentes -constata el Papa-, esta Cruz ahora vuelve a Roma trayendo consigo la oración y el compromiso de millones de jóvenes que en ella han reconocido el signo simple y sagrado del amor de Dios a la humanidad».
Abrid las puertas a Cristo.
Al dirigirse a los jóvenes, Juan Pablo II lanza la misma invitación que hizo al comenzar su pontificado «a abrir de par en par las puertas a Cristo».
«Acoger a Cristo -explica- significa recibir del Padre el mandato de vivir en el amor a él y a los hermanos, sintiéndose solidarios con todos, sin ninguna discriminación; significa creer que en la historia humana, a pesar de estar marcada por el mal y por el sufrimiento, la última palabra pertenece a la vida y al amor, porque Dios vino a habitar entre nosotros para que nosotros pudiésemos vivir en Él».
La carta se convierte así en una profunda y sencilla meditación sobre el misterio de Cristo. Juan Pablo II invita a los jóvenes a ser contemplativos: «Permaneced admirando extasiados al recién nacido que María ha dado a luz, envuelto en pañales y acostado en un pesebre: es Dios mismo entre nosotros. Mirad a Jesús de Nazaret, por algunos acogido y por otros vilipendiado, despreciado y rechazado: es el Salvador de todos. Adorad a Cristo, nuestro Redentor, que nos rescata y libera del pecado y de la muerte: es el Dios vivo, fuente de la Vida».
«Jóvenes de todos los continentes --concluye el Papa, ¡no tengáis miedo de ser los santos del nuevo milenio! Sed contemplativos y amantes de la oración, coherentes con vuestra fe y generosos en el servicio a los hermanos, miembros activos de la Iglesia y constructores de paz».
Ave María y Adelante...!
De Colores...!
17 de marzo de 2011
El desierto de la Cuaresma..
En cada cuaresma se la suele asociar al desierto, pues es una perfecta imagen para ilustrar como debemos vivir un tiempo tan importante para los cristianos.
Tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, las personas iban al desierto para encontrar su vocación ya sea voluntariamente, para limpiar su alma de todo pecado o por destierro (es decir, expulsado de su tierra). Los casos más conocidos son el de Moisés que es expulsado de Egipto por matar a un soldado egipcio (Ex. 2, 12-15), El mismo Moisés conduciendo a su pueblo a través del desierto por 40 años hacia la tierra prometida por Dios (Ex. Cap. 16 al Cap. 34), y hasta el mismísimo Jesús quien marcho por 40 días para encontrarse con el mismísimo Satanás (Lc. 4, 1-13).
Vamos a detenernos un poco en el pasaje evangélico; primero tenemos a Jesús haciendo “su primera experiencia religiosa”, encontrarse consigo mismo, probando su “naturaleza humana” y nada mejor que ir al desierto, donde reina la muerte hay poca vida y la vida que hay es peligrosa como escorpiones y serpientes.
En la antigüedad se creía que el diablo vivía en el desierto, y es ahí donde Jesús lo fue a buscar, pero además debía sanar las antiguas heridas de Israel, su gente. Lo hizo caminando 40 días por el desierto, devolviéndole a su pueblo la gracia de ser hijos de Dios, es decir, Jesús cancelo la deuda de los 40 años en 40 días, un día por año.
Todos sabemos como Satanás tentó a Jesús, Con el habré, es decir, la necesidad humana (Lc. 4, 3), el poder humano y la idolatría (Lc. 4, 5-7) y el poder divino, es decir, albardar de su poder de su naturaleza (divina).
En una palabra Jesús contesto con fidelidad, oración y compromiso y finalmente el diablo habrá pensado para sus adentros: -“En tiempos de Adán y Eva me fue muy fácil, pero con este Jesús no podré tentarlo ni haciendo horas extras” y el demonio se alejo hasta el momento oportuno (Lc. 4, 13) que es en su pasión y no tentándolo a El, sino a uno de sus amigos.
Ahora detengámonos en el desierto en si; es un lugar donde uno se puede perder fácilmente por su bastedad, sobre todo si no se va acompañado, para eso existen las caravanas. Además el paisaje es tan monótono que uno nunca esta seguro para que dirección ir.
Pero el mayor peligro lo presenta la naturaleza; en un clima tan árido y sofocantemente caluroso que superan los 50º C en el día y en la noche la temperatura baja bruscamente hasta los -10º C. Las tormentas de arena son muy peligrosas, con vientos que superan los 130 km/h quien arrastra arena y esto lo hace extremadamente peligroso. En cuanto a su geografía, el desierto esta constituido por dunas muy escarpadas.
Todo esto supone que aquellos quienes viven lo hacen de forma nómada y viven en carpas (tiendas) confeccionadas especialmente para ser habitadas en el desierto: Son espaciosas, frescas y claras para que pase la luz del día pero además son firmes para que soporte las tormentas de arena.
Para atravesar el desierto con seguridad, las personas no se trasladan solas, sino que lo hacen por medio de las famosas Caravanas, grupo numeroso de personas donde son todos una unidad.
Como dijimos antes, la fauna es muy peligrosa, por ejemplo, El escorpión es un insecto no mas grande que una cucaracha pero con un veneno mas potente que el de cualquier otro animal de su tamaño. Las serpientes son reptiles muy peligrosos y además muy silenciosos.
Este texto hasta aquí solo parece una nota de “Nat Geo” pero todo tiene que ver con nuestro desierto de 40 días donde podemos encontrar todos estos obstáculos. ¿Acaso no vamos a encantarnos con personas así en la cuaresma? ¿o tal vez somos nosotros los que tenemos la lengua venenosa de insultos, de negativismos, de maldad, etc.?. ¿No nos vamos a encontrar con medanos que van a obstaculizar nuestra vida de cristianos?. ¿Vamos a saber caminar en caravana con los demás para no “cortarnos solos” y perdernos fácil? ¿Vamos a poder tolerar los cambios de temperatura (y de humor) de los demás?.
Esta cuaresma, Jesús nos invita a caminar en el desierto de la cuaresma, no solos, sino en caravanas que son nuestras comunidades en cada una de nuestras parroquias, capillas, templos y grupos parroquiales. Tengamos nuestras tiendas bien armadas para que ninguna tormenta de arena (problemas del mundo) la haga derribar y sea acogedora para todos aquellos que nos necesitan y así llegar a la tierra prometida de la pascua, ese paso de la muerte del desierto a vida en gracia de un Jesús que sigue resucitando para que seamos libres en el siglo I como en el 2011 también.
Ave María y Adelante...!
De Colores...!
Tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, las personas iban al desierto para encontrar su vocación ya sea voluntariamente, para limpiar su alma de todo pecado o por destierro (es decir, expulsado de su tierra). Los casos más conocidos son el de Moisés que es expulsado de Egipto por matar a un soldado egipcio (Ex. 2, 12-15), El mismo Moisés conduciendo a su pueblo a través del desierto por 40 años hacia la tierra prometida por Dios (Ex. Cap. 16 al Cap. 34), y hasta el mismísimo Jesús quien marcho por 40 días para encontrarse con el mismísimo Satanás (Lc. 4, 1-13).
Vamos a detenernos un poco en el pasaje evangélico; primero tenemos a Jesús haciendo “su primera experiencia religiosa”, encontrarse consigo mismo, probando su “naturaleza humana” y nada mejor que ir al desierto, donde reina la muerte hay poca vida y la vida que hay es peligrosa como escorpiones y serpientes.
En la antigüedad se creía que el diablo vivía en el desierto, y es ahí donde Jesús lo fue a buscar, pero además debía sanar las antiguas heridas de Israel, su gente. Lo hizo caminando 40 días por el desierto, devolviéndole a su pueblo la gracia de ser hijos de Dios, es decir, Jesús cancelo la deuda de los 40 años en 40 días, un día por año.
Todos sabemos como Satanás tentó a Jesús, Con el habré, es decir, la necesidad humana (Lc. 4, 3), el poder humano y la idolatría (Lc. 4, 5-7) y el poder divino, es decir, albardar de su poder de su naturaleza (divina).
En una palabra Jesús contesto con fidelidad, oración y compromiso y finalmente el diablo habrá pensado para sus adentros: -“En tiempos de Adán y Eva me fue muy fácil, pero con este Jesús no podré tentarlo ni haciendo horas extras” y el demonio se alejo hasta el momento oportuno (Lc. 4, 13) que es en su pasión y no tentándolo a El, sino a uno de sus amigos.
Ahora detengámonos en el desierto en si; es un lugar donde uno se puede perder fácilmente por su bastedad, sobre todo si no se va acompañado, para eso existen las caravanas. Además el paisaje es tan monótono que uno nunca esta seguro para que dirección ir.
Pero el mayor peligro lo presenta la naturaleza; en un clima tan árido y sofocantemente caluroso que superan los 50º C en el día y en la noche la temperatura baja bruscamente hasta los -10º C. Las tormentas de arena son muy peligrosas, con vientos que superan los 130 km/h quien arrastra arena y esto lo hace extremadamente peligroso. En cuanto a su geografía, el desierto esta constituido por dunas muy escarpadas.
Todo esto supone que aquellos quienes viven lo hacen de forma nómada y viven en carpas (tiendas) confeccionadas especialmente para ser habitadas en el desierto: Son espaciosas, frescas y claras para que pase la luz del día pero además son firmes para que soporte las tormentas de arena.
Para atravesar el desierto con seguridad, las personas no se trasladan solas, sino que lo hacen por medio de las famosas Caravanas, grupo numeroso de personas donde son todos una unidad.
Como dijimos antes, la fauna es muy peligrosa, por ejemplo, El escorpión es un insecto no mas grande que una cucaracha pero con un veneno mas potente que el de cualquier otro animal de su tamaño. Las serpientes son reptiles muy peligrosos y además muy silenciosos.
Este texto hasta aquí solo parece una nota de “Nat Geo” pero todo tiene que ver con nuestro desierto de 40 días donde podemos encontrar todos estos obstáculos. ¿Acaso no vamos a encantarnos con personas así en la cuaresma? ¿o tal vez somos nosotros los que tenemos la lengua venenosa de insultos, de negativismos, de maldad, etc.?. ¿No nos vamos a encontrar con medanos que van a obstaculizar nuestra vida de cristianos?. ¿Vamos a saber caminar en caravana con los demás para no “cortarnos solos” y perdernos fácil? ¿Vamos a poder tolerar los cambios de temperatura (y de humor) de los demás?.
Esta cuaresma, Jesús nos invita a caminar en el desierto de la cuaresma, no solos, sino en caravanas que son nuestras comunidades en cada una de nuestras parroquias, capillas, templos y grupos parroquiales. Tengamos nuestras tiendas bien armadas para que ninguna tormenta de arena (problemas del mundo) la haga derribar y sea acogedora para todos aquellos que nos necesitan y así llegar a la tierra prometida de la pascua, ese paso de la muerte del desierto a vida en gracia de un Jesús que sigue resucitando para que seamos libres en el siglo I como en el 2011 también.
Juan Güiscafre (J.XXXIX).
Ave María y Adelante...!
De Colores...!
16 de marzo de 2011
Tiempo de Cuaresma..
Como bien dice el título estamos en tiempo de Cuaresma, a que se refiere con esto. Que tenemos 40 días para poder reconciliarnos con Dios si es que en algún momento lo lastimamos, perdonar si fuimos lastimados y sobre todo buscar un mejor rumbo para nuestra vida.
Debemos aprovechar este tiempo que tenemos de reconciliación y cambio ya que tenemos la posibilidad de comenzar de nuevo y crecer como personas, aprendiendo a dejar de lado las acciones que lastiman tanto a nosotros como a nuestros hermanos y hasta a Cristo mismo, a esta nos referimos con los pecados, la envidia, los celos, todas esas trabas que no nos permiten tener un amor puro.
Yo tengo como propósito aprender a sentir más que nunca esta Cuaresma a involucrarla mucho a mi vida para poder tener en claro un montón de cosas que tuve que pasar y saber sacar algo bueno de todo eso, porque de lo que si estoy segura es que si Dios decidió que pasa por eso es para enseñarme algo, más allá de darme un empujón más para poder crecer y aprender a seguirlo.
Es por eso que hoy los invito a:
· Poder sacar el provecho posible a este tiempo.
· Si realmente decimos sacrificar algo, comprométanse y llévenlo a cabo.
· Recen y búsquense los momentos de oración que realmente valen la pena.
Vivan este momento con todo el amor posible, así como lo tuvo el cuando dio su vida por nosotros.
Ave María y Adelante...!
De Colores...!
Debemos aprovechar este tiempo que tenemos de reconciliación y cambio ya que tenemos la posibilidad de comenzar de nuevo y crecer como personas, aprendiendo a dejar de lado las acciones que lastiman tanto a nosotros como a nuestros hermanos y hasta a Cristo mismo, a esta nos referimos con los pecados, la envidia, los celos, todas esas trabas que no nos permiten tener un amor puro.
Yo tengo como propósito aprender a sentir más que nunca esta Cuaresma a involucrarla mucho a mi vida para poder tener en claro un montón de cosas que tuve que pasar y saber sacar algo bueno de todo eso, porque de lo que si estoy segura es que si Dios decidió que pasa por eso es para enseñarme algo, más allá de darme un empujón más para poder crecer y aprender a seguirlo.
Es por eso que hoy los invito a:
· Poder sacar el provecho posible a este tiempo.
· Si realmente decimos sacrificar algo, comprométanse y llévenlo a cabo.
· Recen y búsquense los momentos de oración que realmente valen la pena.
Vivan este momento con todo el amor posible, así como lo tuvo el cuando dio su vida por nosotros.
Daniela Desbat (J.XXXII)
Ave María y Adelante...!
De Colores...!
15 de marzo de 2011
Primer Domingo de Cuaresma..
Mateo 4, 1-11.
Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el demonio. Después de ayunar 40 días con sus 40 noches, sintió hambre.
Y el tentador, acercándose, le dijo: «Si tú eres Hijo de Dios, manda que estas piedras se conviertan en panes». Jesús le respondió: «Está escrito: "El hombre no vive solamente de pan, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios"».
Luego el demonio llevó a Jesús a la Ciudad santa y lo puso en la parte más alta del Templo,
diciéndole: «Si tú eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: "Dios dará órdenes a sus ángeles, y ellos te llevarán en sus manos para que tu pie no tropiece con ninguna piedra"». Jesús le respondió: «También está escrito: "No tentarás al Señor, tu Dios"».
El demonio lo llevó luego a una montaña muy alta; desde allí le hizo ver todos los reinos del mundo con todo su esplendor, y le dijo: «Te daré todo esto, si te postras para adorarme». Jesús le respondió: «Retírate, Satanás, porque está escrito: "Adorarás al Señor, tu Dios, y a él solo rendirás culto"».
Entonces el demonio lo dejó, y unos ángeles se acercaron para servirlo.
Esta lectura nos habla de las tentaciones por las cuales paso Jesús en sus 40 días y noches que paso en el desierto. A pesar de todo el las pudo superar ya que siempre supo que Dios su padre siempre estaba cerca de él.
Así como Jesús nosotros somos tentamos a lo largo de nuestra vida de diferentes formas y es cuando mas tenemos que demostras que nuestra fe puede más que cualquier cosa y que nunca estamos solos.
Es por eso que en este tiempo debemos armarnos de fe por medio de la oración y si es que llegamos a caer todo se puede arreglar con una buena confesión, siempre y cuando estemos realmente arrepentidos de lo que hicimos y deseemos estar en gracia con Dios y Jesús que después de todo el fue quien arriesgo su vida por nuestros pecados, sin pensar en él hizo el acto de amor más grande del mundo, porque ¿quién en estos tiempos arriesgaría su vida? Yo creo que muy pocos lo harían. Hay que dejar un poco el egoísmo de lado y pensar mucho más en nuestro hermano y en saber que si uno esta bien el otro también lo va a estar.
Y el tentador, acercándose, le dijo: «Si tú eres Hijo de Dios, manda que estas piedras se conviertan en panes». Jesús le respondió: «Está escrito: "El hombre no vive solamente de pan, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios"».
Luego el demonio llevó a Jesús a la Ciudad santa y lo puso en la parte más alta del Templo,
diciéndole: «Si tú eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: "Dios dará órdenes a sus ángeles, y ellos te llevarán en sus manos para que tu pie no tropiece con ninguna piedra"». Jesús le respondió: «También está escrito: "No tentarás al Señor, tu Dios"».
El demonio lo llevó luego a una montaña muy alta; desde allí le hizo ver todos los reinos del mundo con todo su esplendor, y le dijo: «Te daré todo esto, si te postras para adorarme». Jesús le respondió: «Retírate, Satanás, porque está escrito: "Adorarás al Señor, tu Dios, y a él solo rendirás culto"».
Entonces el demonio lo dejó, y unos ángeles se acercaron para servirlo.
Esta lectura nos habla de las tentaciones por las cuales paso Jesús en sus 40 días y noches que paso en el desierto. A pesar de todo el las pudo superar ya que siempre supo que Dios su padre siempre estaba cerca de él.
Así como Jesús nosotros somos tentamos a lo largo de nuestra vida de diferentes formas y es cuando mas tenemos que demostras que nuestra fe puede más que cualquier cosa y que nunca estamos solos.
Es por eso que en este tiempo debemos armarnos de fe por medio de la oración y si es que llegamos a caer todo se puede arreglar con una buena confesión, siempre y cuando estemos realmente arrepentidos de lo que hicimos y deseemos estar en gracia con Dios y Jesús que después de todo el fue quien arriesgo su vida por nuestros pecados, sin pensar en él hizo el acto de amor más grande del mundo, porque ¿quién en estos tiempos arriesgaría su vida? Yo creo que muy pocos lo harían. Hay que dejar un poco el egoísmo de lado y pensar mucho más en nuestro hermano y en saber que si uno esta bien el otro también lo va a estar.
Carla Ramírez (J.XXXIX)
Ave María y Adelante...!
De Colores...!
De Colores...!
14 de marzo de 2011
Decalogo Cuaresmal..
El tiempo de Cuaresma es un momento de especial preparación interior; este decálogo cuaresmal es una buena guía para cumplir con este propósito..
1. Romperás de una vez por todas con lo que tú bien sabes que Dios no quiere, aunque te agrade mucho, aunque te cueste “horrores” dejarlo. Lo arrancarás sin compasión como un cáncer que te está matando. "¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero si arruina su vida?" (Mc 8, 36).
2. Compartirás tu pan con el hambriento, tus ropas con el desnudo, tus palabras con el que vive en soledad, tu tiempo y consuelo con el que sufre en el cuerpo o en el alma, tu sonrisa con el triste, tu caridad con TODOS. Examinarás esto con cuidado cada noche. "En verdad os digo que cuanto hicisteis a unos de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis." (Mt 25, 40).
3. Dedicarás un buen tiempo todos los días para estar a solas con Dios, para hablar con Él de corazón a Corazón. Será un tiempo de agradecer, de pedir perdón, de alabarle y adorarle, de suplicar por la salvación de TODOS. Este tiempo no es negociable. "Sucedió que por aquellos días se fue él al monte a orar, y se pasó la noche en la oración de Dios." (Lc 6, 12).
4. Confiarás en Dios a pesar de tus pecados y miserias. Creerás que Dios es más fuerte que todo el mal del mundo. No permitirás que ni dolor, ni pesar alguno, ni “tu negra suerte”, ni las injusticias y traiciones sufridas te hagan dudar ni por un momento del amor infinito que Dios te tiene. Él ha muerto en cruz para salvarte de tus pecados. “Aunque pase por valle tenebroso, ningún mal temeré, porque tú vas conmigo; tu vara y tu cayado, ellos me sosiegan.” (Sal 23, 4).
5. Mirarás sólo a Dios y a tus hermanos. Mirarte tanto te hace daño, porque te envaneces viendo los dones que nos son tuyos o te desalientas viendo sin humildad tus miserias. Mira a Jesús y habrá paz en tu corazón. Mira las necesidades de tus hermanos y ya no tendrás tiempo de pensar en ti; te harás más humana, más cristiana. “Así pues, si habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Aspirad a las cosas de arriba, no a las de la tierra.” (Col 3, 1-2).
6. Ayunarás de palabras vanas: serás benedicente. Ayunarás de malos pensamientos: serás pura de corazón. Ayunarás de acciones egoístas: serás una mujer para los demás. Ayunarás de toda hipocresía: serás veraz. Ayunarás de lo superfluo: serás pobre de espíritu. “¿No será más bien este otro el ayuno que yo quiero: desatar los lazos de maldad, deshacer las coyundas del yugo, dar la libertad a los quebrantados, y arrancar todo yugo?” (Is 58, 6).
7. Perdonarás una y mil veces a quien te ha herido, con causa o sin ella, justa o injustamente, esté arrepentido o no. Un perdón que no será sólo tolerar o soportar sino que ha de brotar del amor sincero y sobrenatural. Los perdonarás uno por uno, primero en tu corazón y luego, si te es posible, también con tus palabras. No permitirás que el rencor ni el resentimiento envenenen tu corazón. “Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen.” (Lc 23, 34).
8. Ofrecerás sacrificios agradables al Señor. Los harás en silencio, sin que nadie se dé cuenta. Buscarás con ello reparar por tus pecados y los de TODOS los hombres. Querrás con ello desprenderte de las cosas materiales, que tanto te agradan, para poder hacerte más libre y ser una mujer para Dios. Pero sobre todo ejercerás el sacrificio de vivir con perfección la caridad en todo momento con TODOS tus hermanos. “No os olvidéis de hacer el bien y de ayudaros mutuamente; ésos son los sacrificios que agradan a Dios.” (Heb 13, 16).
9. Amarás la humildad y procurarás vivirla de la siguiente manera: reconocerás tus pecados; considerarás a los demás mejores que tú; agradecerás las humillaciones sin dejarte arrastrar por el amor propio; no buscarás los honores, ni los puestos, ni el poder, ni la fama, que todo eso es de Dios; te harás servidora de todos. “el que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros, será esclavo de todos.” (Mc 10, 43-44).
10. Anunciarás a los hombres la verdad del Evangelio. Les dirás sin temor que Dios los ama, que se ha hecho hombre por ellos y ha muerto en la cruz para salvarlos. Les mostrarás que sólo Él los puede hacer plenamente felices. Les harás ver que la vida que tiene su origen en Dios, es muy corta, se pasa rápido y que Dios es su destino final; vivir por Dios, con Dios y en Dios es lo sensato y seguro. "Y les dijo: «Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación»" (Mc 16, 15).
Ave María y Adelante...!
De Colores...!
1. Romperás de una vez por todas con lo que tú bien sabes que Dios no quiere, aunque te agrade mucho, aunque te cueste “horrores” dejarlo. Lo arrancarás sin compasión como un cáncer que te está matando. "¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero si arruina su vida?" (Mc 8, 36).
2. Compartirás tu pan con el hambriento, tus ropas con el desnudo, tus palabras con el que vive en soledad, tu tiempo y consuelo con el que sufre en el cuerpo o en el alma, tu sonrisa con el triste, tu caridad con TODOS. Examinarás esto con cuidado cada noche. "En verdad os digo que cuanto hicisteis a unos de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis." (Mt 25, 40).
3. Dedicarás un buen tiempo todos los días para estar a solas con Dios, para hablar con Él de corazón a Corazón. Será un tiempo de agradecer, de pedir perdón, de alabarle y adorarle, de suplicar por la salvación de TODOS. Este tiempo no es negociable. "Sucedió que por aquellos días se fue él al monte a orar, y se pasó la noche en la oración de Dios." (Lc 6, 12).
4. Confiarás en Dios a pesar de tus pecados y miserias. Creerás que Dios es más fuerte que todo el mal del mundo. No permitirás que ni dolor, ni pesar alguno, ni “tu negra suerte”, ni las injusticias y traiciones sufridas te hagan dudar ni por un momento del amor infinito que Dios te tiene. Él ha muerto en cruz para salvarte de tus pecados. “Aunque pase por valle tenebroso, ningún mal temeré, porque tú vas conmigo; tu vara y tu cayado, ellos me sosiegan.” (Sal 23, 4).
5. Mirarás sólo a Dios y a tus hermanos. Mirarte tanto te hace daño, porque te envaneces viendo los dones que nos son tuyos o te desalientas viendo sin humildad tus miserias. Mira a Jesús y habrá paz en tu corazón. Mira las necesidades de tus hermanos y ya no tendrás tiempo de pensar en ti; te harás más humana, más cristiana. “Así pues, si habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Aspirad a las cosas de arriba, no a las de la tierra.” (Col 3, 1-2).
6. Ayunarás de palabras vanas: serás benedicente. Ayunarás de malos pensamientos: serás pura de corazón. Ayunarás de acciones egoístas: serás una mujer para los demás. Ayunarás de toda hipocresía: serás veraz. Ayunarás de lo superfluo: serás pobre de espíritu. “¿No será más bien este otro el ayuno que yo quiero: desatar los lazos de maldad, deshacer las coyundas del yugo, dar la libertad a los quebrantados, y arrancar todo yugo?” (Is 58, 6).
7. Perdonarás una y mil veces a quien te ha herido, con causa o sin ella, justa o injustamente, esté arrepentido o no. Un perdón que no será sólo tolerar o soportar sino que ha de brotar del amor sincero y sobrenatural. Los perdonarás uno por uno, primero en tu corazón y luego, si te es posible, también con tus palabras. No permitirás que el rencor ni el resentimiento envenenen tu corazón. “Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen.” (Lc 23, 34).
8. Ofrecerás sacrificios agradables al Señor. Los harás en silencio, sin que nadie se dé cuenta. Buscarás con ello reparar por tus pecados y los de TODOS los hombres. Querrás con ello desprenderte de las cosas materiales, que tanto te agradan, para poder hacerte más libre y ser una mujer para Dios. Pero sobre todo ejercerás el sacrificio de vivir con perfección la caridad en todo momento con TODOS tus hermanos. “No os olvidéis de hacer el bien y de ayudaros mutuamente; ésos son los sacrificios que agradan a Dios.” (Heb 13, 16).
9. Amarás la humildad y procurarás vivirla de la siguiente manera: reconocerás tus pecados; considerarás a los demás mejores que tú; agradecerás las humillaciones sin dejarte arrastrar por el amor propio; no buscarás los honores, ni los puestos, ni el poder, ni la fama, que todo eso es de Dios; te harás servidora de todos. “el que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros, será esclavo de todos.” (Mc 10, 43-44).
10. Anunciarás a los hombres la verdad del Evangelio. Les dirás sin temor que Dios los ama, que se ha hecho hombre por ellos y ha muerto en la cruz para salvarlos. Les mostrarás que sólo Él los puede hacer plenamente felices. Les harás ver que la vida que tiene su origen en Dios, es muy corta, se pasa rápido y que Dios es su destino final; vivir por Dios, con Dios y en Dios es lo sensato y seguro. "Y les dijo: «Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación»" (Mc 16, 15).
Ave María y Adelante...!
De Colores...!
11 de marzo de 2011
Ayuno y abstinencia..
El ayuno consiste en hacer una sola comida fuerte al día. La abstinencia consiste en no comer carne. Son días de abstinencia y ayuno el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo.
La abstinencia obliga a partir de los 14 años y el ayuno de los 18 hasta los 59 años de edad.
Con estos sacrificios, se trata de que todo nuestro ser (espíritu, alma y cuerpo) participe en un acto donde reconozca la necesidad de hacer obras con las que reparemos el daño ocasionado con nuestros pecados y para el bien de la Iglesia.
El ayuno y la abstinencia se pueden cambiar por otro sacrificio, dependiendo de lo que dicten las Conferencias Episcopales de cada país, pues ellas son las que tienen autoridad para determinar las diversas formas de penitencia cristiana.
¿Por qué el Ayuno?
Es necesario dar una respuesta profunda a esta pregunta, para que quede clara la relación entre el ayuno y la conversión, esto es, la transformación espiritual que acerca del hombre a Dios.
El abstenerse de la comida y la bebida tienen como fin introducir en la existencia del hombre no sólo el equilibrio necesario, sino también el desprendimiento de lo que se podría definir como "actitud consumística".
Tal actitud ha venido a ser en nuestro tiempo una de las características de Ia civilización occidental. El hombre, orientado hacia los bienes materiales, muy frecuentemente abusa de ellos. La civilización se mide entonces según Ia cantidad y Ia calidad de las cosas que están en condiciones de proveer al hombre y no se mide con el metro adecuado al hombre.
Esta civilización de consumo suministra los bienes materiales no sólo para que sirvan al hombre en orden a desarrollar las actividades creativas y útiles, sino cada vez más para satisfacer los sentidos, Ia excitación que se deriva de ellos, el placer, una multiplicación de sensaciones cada vez mayor.
El hombre de hoy debe abstenerse de muchos medios de consumo, de estímulos, de satisfacción de los sentidos: ayunar significa abstenerse de algo. El hombre es él mismo sólo cuando logra decirse a sí mismo: No.
No es la renuncia por la renuncia: sino para el mejor y más equilibrado desarrollo de sí mismo, para vivir mejor los valores superiores, para el dominio de sí mismo.
La abstinencia obliga a partir de los 14 años y el ayuno de los 18 hasta los 59 años de edad.
Con estos sacrificios, se trata de que todo nuestro ser (espíritu, alma y cuerpo) participe en un acto donde reconozca la necesidad de hacer obras con las que reparemos el daño ocasionado con nuestros pecados y para el bien de la Iglesia.
El ayuno y la abstinencia se pueden cambiar por otro sacrificio, dependiendo de lo que dicten las Conferencias Episcopales de cada país, pues ellas son las que tienen autoridad para determinar las diversas formas de penitencia cristiana.
¿Por qué el Ayuno?
Es necesario dar una respuesta profunda a esta pregunta, para que quede clara la relación entre el ayuno y la conversión, esto es, la transformación espiritual que acerca del hombre a Dios.
El abstenerse de la comida y la bebida tienen como fin introducir en la existencia del hombre no sólo el equilibrio necesario, sino también el desprendimiento de lo que se podría definir como "actitud consumística".
Tal actitud ha venido a ser en nuestro tiempo una de las características de Ia civilización occidental. El hombre, orientado hacia los bienes materiales, muy frecuentemente abusa de ellos. La civilización se mide entonces según Ia cantidad y Ia calidad de las cosas que están en condiciones de proveer al hombre y no se mide con el metro adecuado al hombre.
Esta civilización de consumo suministra los bienes materiales no sólo para que sirvan al hombre en orden a desarrollar las actividades creativas y útiles, sino cada vez más para satisfacer los sentidos, Ia excitación que se deriva de ellos, el placer, una multiplicación de sensaciones cada vez mayor.
El hombre de hoy debe abstenerse de muchos medios de consumo, de estímulos, de satisfacción de los sentidos: ayunar significa abstenerse de algo. El hombre es él mismo sólo cuando logra decirse a sí mismo: No.
No es la renuncia por la renuncia: sino para el mejor y más equilibrado desarrollo de sí mismo, para vivir mejor los valores superiores, para el dominio de sí mismo.
9 de marzo de 2011
Miércoles de Ceniza, comienza la Cuaresma..
La Cuaresma comienza con el Miércoles de Ceniza y es un tiempo de oración, penitencia y ayuno. 40 días que la Iglesia marca para la conversión del corazón.
Las palabras que se usan para la imposición de cenizas, son:
Origen de la costumbre:
Antiguamente los judíos acostumbraban cubrirse de ceniza cuando hacían algún sacrificio y los ninivitas también usaban la ceniza como signo de su deseo de conversión de su mala vida a una vida con Dios. En los primeros siglos de la Iglesia, las personas que querían recibir el Sacramento de la Reconciliación el Jueves Santo, se ponían ceniza en la cabeza y se presentaban ante la comunidad vestidos con un "hábito penitencial". Esto representaba su voluntad de convertirse.
En el año 384 d.C., la Cuaresma adquirió un sentido penitencial para todos los cristianos y desde el siglo XI, la Iglesia de Roma acostumbra poner las cenizas al iniciar los 40 días de penitencia y conversión.
Las cenizas que se utilizan se obtienen quemando las palmas usadas el Domingo de Ramos de año anterior. Esto nos recuerda que lo que fue signo de gloria pronto se reduce a nada.
También, fue usado el período de Cuaresma para preparar a los que iban a recibir el Bautismo la noche de Pascua, imitando a Cristo con sus 40 días de ayuno.
La imposición de ceniza es una costumbre que nos recuerda que algún día vamos a morir y que nuestro cuerpo se va a convertir en polvo.Nos enseña que todo lo material que tengamos aquí se acaba. En cambio, todo el bien que tengamos en nuestra alma nos lo vamos a llevar a la eternidad. Al final de nuestra vida, sólo nos llevaremos aquello que hayamos hecho por Dios y por nuestros hermanos los hombres.
Cuando el sacerdote nos pone la ceniza, debemos tener una actitud de querer mejorar, de querer tener amistad con Dios. La ceniza se le impone a los niños y a los adultos.
Significado del carnaval al inicio de la Cuaresma:
La palabra carnaval significa adiós a la carne y su origen se remonta a los tiempos antiguos en los que por falta de métodos de refrigeración adecuados, los cristianos tenían la necesidad de acabar, antes de que empezara la Cuaresma, con todos los productos que no se podían consumir durante ese período (no sólo carne, sino también leche, huevo, etc.)
Con este pretexto, en muchas localidades se organizaban el martes anterior al miércoles de ceniza, fiestas populares llamadas carnavales en los que se consumían todos los productos que se podrían echar a perder durante la cuaresma.
Muy pronto empezó a degenerar el sentido del carnaval, convirtiéndose en un pretexto para organizar grandes comilonas y para realizar también todos los actos de los cuales se "arrepentirían" durante la cuaresma, enmarcados por una serie de festejos y desfiles en los que se exaltan los placeres de la carne de forma exagerada, tal como sigue sucediendo en la actualidad en los carnavales de algunas ciudades, como en Río de Janeiro o Nuevo Orleans.
El ayuno y la abstinencia:
El miércoles de ceniza y el viernes santo son días de ayuno y abstinencia. La abstinencia obliga a partir de los 14 años y el ayuno de los 18 hasta los 59 años. El ayuno consiste hacer una sola comida fuerte al día y la abstinencia es no comer carne. Este es un modo de pedirle perdón a Dios por haberlo ofendido y decirle que queremos cambiar de vida para agradarlo siempre.
La oración:
La oración en este tiempo es importante, ya que nos ayuda a estar más cerca de Dios para poder cambiar lo que necesitemos cambiar de nuestro interior. Necesitamos convertirnos, abandonando el pecado que nos aleja de Dios. Cambiar nuestra forma de vivir para que sea Dios el centro de nuestra vida. Sólo en la oración encontraremos el amor de Dios y la dulce y amorosa exigencia de su voluntad.
Para que nuestra oración tenga frutos, debemos evitar lo siguiente:
La hipocresía: Jesús no quiere que oremos para que los demás nos vean llamando la atención con nuestra actitud exterior. Lo que importa es nuestra actitud interior.
La disipación: Esto quiere decir que hay que evitar las distracciones lo más posible. Preparar nuestra oración, el tiempo y el lugar donde se va a llevar a cabo para podernos poner en presencia de Dios.
La multitud de palabras: Esto quiere decir que no se trata de hablar mucho o repetir oraciones de memoria sino de escuchar a Dios. La oración es conformarnos con Él; nuestros deseos, nuestras intenciones y nuestras necesidades. Por eso no necesitamos decirle muchas cosas. La sinceridad que usemos debe salir de lo profundo de nuestro corazón porque a Dios no se le puede engañar.
El sacrificio:
Al hacer sacrificios (cuyo significado es "hacer sagradas las cosas"), debemos hacerlos con alegría, ya que es por amor a Dios. Si no lo hacemos así, causaremos lástima y compasión y perderemos la recompensa de la felicidad eterna. Dios es el que ve nuestro sacrificio desde el cielo y es el que nos va a recompensar. “Cuando ayunéis no aparezcáis tristes, como los hipócritas que desfiguran su rostro para que los hombres vean que ayunan; en verdad os digo, ya recibieron su recompensa. Tú cuando ayunes, úngete la cabeza y lava tu cara para que no vean los hombres que ayunas, sino Tu Padre, que está en lo secreto: y tu padre que ve en lo secreto, te recompensará. “ (Mt 6,6)”
Conclusión:
Como vemos, la ceniza no es un rito mágico, no nos quita nuestros pecados, para ello tenemos el Sacramento de la Reconciliación. Es un signo de arrepentimiento, de penitencia, pero sobre todo de conversión. Es el inicio del camino de la Cuaresma, para acompañar a Jesús desde su desierto hasta el día de su triunfo que es el Domingo de Resurrección.
Debe ser un tiempo de reflexión de nuestra vida, de entender a donde vamos, de analizar como es nuestro comportamiento con nuestra familia y en general con todos los seres que nos rodean.
En estos momentos al reflexionar sobre nuestra vida, debemos convertirla de ahora en adelante en un seguimiento a Jesús, profundizando en su mensaje de amor y acercándonos en esta Cuaresma al Sacramento de la Reconciliación (también llamado confesión), que como su nombre mismo nos dice, representa reconciliarnos con Dios y sin reconciliarnos con Dios y convertirnos internamente, no podremos seguirle adecuadamente.
Está Reconciliación con Dios está integrada por el Arrepentimiento, la Confesión de nuestros pecados, la Penitencia y finalmente la Conversión.
El arrepentimiento debe ser sincero, reconocer que las faltas que hemos cometido (como decimos en el Yo Pecador: en pensamiento, palabra, obra y omisión), no las debimos realizar y que tenemos el firme propósito de no volverlas a cometer.
La confesión de nuestros pecados.- el arrepentimiento de nuestras faltas, por sí mismo no las borra, sino que necesitamos para ello la gracia de Dios, la cual llega a nosotros por la absolución de nuestros pecados expresada por el sacerdote en la confesión.
La penitencia que debemos cumplir empieza desde luego por la que nos imponga el sacerdote en el Sacramento de la Reconciliación, pero debemos continuar con la oración, que es la comunicación íntima con Dios, con el ayuno, que además del que manda la Iglesia en determinados días, es la renuncia voluntaria a diferentes satisfactores con la intención de agradar a Dios y con la caridad hacia el prójimo.
Y finalmente la Conversión que como hemos dicho es ir hacia delante, es el seguimiento a Jesús.
Es un tiempo de pedir perdón a Dios y a nuestro prójimo, pero es también un tiempo de perdonar a todos los que de alguna forma nos han ofendido o nos han hecho algún daño. Pero debemos perdonar antes y sin necesidad de que nadie nos pida perdón, recordemos como decimos en el Padre Nuestro, muchas veces repitiéndolo sin meditar en su significado, que debemos pedir perdón a nuestro Padre, pero antes tenemos que haber perdonado sinceramente a los demás.
Y terminemos recorriendo al revés nuestra frase inicial, diciendo que debemos escuchar y leer el Evangelio, meditarlo y Creer en él y con ello Convertir nuestra vida, siguiendo las palabras del Evangelio y evangelizando, es decir transmitiendo su mensaje con nuestras acciones y nuestras palabras.
Ave María y Adelante...!
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