Así la Palabra de Dios y Santa Catalina nos han animado.
Buscando oir a Aquel que al pronunciar palabras llega a lo mas hondo, a Aquel que misteriosamente hasta en el silencio nos comunica algo.
buscar oirlo, necesitar escucharlo. Sin dudas desafíos y metas de este tiempo. Mas que dar Gracias y hacer silencio para oírnos no queda nada. Pues en esta experiencia de ser alcanzados por su Amor, sentir su abrazo, tocar su Cruz, vivimos el mas sublime misterio, oir a Dios.
Que Santa Catalina nos lleve a Él.
P. Sebatian.