Infundiré mi espíritu en ustedes y haré que signa mis preceptos,
y que observen y practiquen mis leyes.
Ezequiel 36, 24-32
24 Yo los tomaré de entre las naciones, los reuniré de entre todos los países y los llevaré a su propio suelo.
25 Los rociaré con agua pura, y ustedes quedarán purificados. Los purificaré de todas sus impurezas y de todos sus ídolos.
26 Les daré un corazón nuevo y pondré en ustedes un espíritu nuevo: les arrancaré de su cuerpo el corazón de piedra y les daré un corazón de carne.
27 Infundiré mi espíritu en ustedes y haré que signa mis preceptos, y que observen y practiquen mis leyes.
28 Ustedes habitarán en la tierra que yo ha dado a sus padres. Ustedes serán mi Pueblo y yo seré su Dios.
29 Los salvaré de todas sus impurezas. Llamaré al trigo y lo multiplicaré, y no enviaré más el hambre sobre ustedes.
30 Multiplicaré los frutos de los árboles y los productos de los campos, para que ya no tengan que soportar entre las naciones el oprobio del hambre.
31 Ustedes se acordarán de su mala conducta y de sus acciones perversas, y sentirán asco de ustedes mismos a causa de sus culpas y sus abominaciones.
32 Yo no obro por consideración a ustedes, sépanlo bien –oráculo del Señor–. Sientan vergüenza y confusión por su conducta, pueblo de Israel.
Ave María y Adelante...!
De Colores...!