28 de noviembre de 2010

Primer Domingo de Adviento...

Mt 24, 37-44.
37 Cuando venga el Hijo del hombre, sucederá como en tiempos de Noé.
38 En los días que precedieron al diluvio, la gente comía, bebía y se casaba, hasta que Noé entró en el arca; 39 y no sospechaban nada, hasta que llegó el diluvio y los arrastró a todos. Lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre.
40 De dos hombres que estén en el campo, uno será llevado y el otro dejado.
41 De dos mujeres que estén moliendo, una será llevada y la otra dejada.
42 Estén prevenidos, porque ustedes no saben qué día vendrá su Señor.
43 Entiéndanlo bien: si el dueño de casa supiera a qué hora de la noche va a llegar el ladrón, velaría y no dejaría perforar las paredes de su casa.
44 Ustedes también estén preparados, porque el Hijo del hombre vendrá a la hora menos pensada.

Así como se habla en la lectura ocurre en la actualidad. Las personas no saben lo que es esperar o dejarse sorprender. Sobre todo esto se ve muchísimo más en los jóvenes, acostumbrados a la tecnología, mensajes de texto en las cuales las cosas tardan segundos en llegar y no saben esperar nada. Es más que obvio que muchas veces el esperar te desespera, porque uno espera tranquilo cuando sabe que algo va a llegar. Por ejemplo: Una persona sabe esperar cuando es su cumpleaños ya que eso ocurrirá o esperar a un amigo con alegría en su hogar porque sabe que lo va a ir a visitar.
Pero cuando hablamos de cosas más difíciles de saber de ante mano la gente no lo cree hasta que lo ve. Así como dice en la lectura: Días antes del diluvio ninguno se preparaba, tan solo Noé que construyo el Arca. Nadie creía que tal cosa ocurriría hasta que se encontraron con el diluvio.
Es por eso que mi mensaje final es: Tengan Fe y aprendan a esperar, porque lo más lindo de esa espera es la sorpresa que se obtiene cuando aparece algo que no creías que sucedería alguna vez.

..."Ustedes también estén preparados,
porque el Hijo del hombre vendrá a la hora menos pensada."

Carla Ramirez. Jor 39