11 de abril de 2012

La obediencia..

No se puede abarcar el océano, pero se puede hacer algo mejor: dejarse abarcar por él sumergiéndose en un lugar cualquiera de su gran extensión, esto no es mas que un ejemplo para comparar lo que nos pasa con la Pasión de Cristo. No se la puede abrazar totalmente con la mente, ni ver su fondo; pero podemos sumergirnos en ella partiendo de alguno de sus momentos.

La obediencia de Cristo es el aspecto de la Pasión que más se pone en evidencia en el santo evangelio, “Cristo se hizo obediente hasta la muerte, y muerte de cruz” (Filipenses 2,8); “Por la obediencia de uno solo todos serán constituidos justos” (Romanos 5,19); “Con lo que padeció aprendió la obediencia, y llegado a la perfección se convirtió en causa de salvación eterna para todos los que le obedecen” (Hebreos 5,8-9). La obediencia aparece como la clave de lectura de toda la historia de la Pasión, de donde ésta toma sentido y valor.

Muchos de nosotros no llegamos a entender porque Jesús le pide al Padre alejarlo del sufrimiento que estaba por vivir, a pesar de que luego pide que se cumpla la voluntad del Padre y no la de el, ¿Cómo la de el? Todos sabemos que Jesús era Dios hecho hombre, pero pocos pueden ver que fue tan grande el amor de Dios por el hombre que decidió ponerse a su altura, Jesús fue un hombre con todas las letras, porque Jesús como hombre, saciaba su hambre y su sed de la misma forma que nosotros, Jesús como hombre reía de alegría y lloraba de tristeza, Jesús como hombre tenia miedo de lo que iba a suceder, tenia miedo porque sabia el sufrimiento que iba a padecer.

Y la pregunta que muchas veces nos hacemos es porque Dios permitió que Jesús sufra ese calvario? La respuesta tiene que ver con lo nombrado anteriormente la Obediencia, fundada en un verdad que es el conocimiento del Bien, lo que Mayor a lo que se desea llegar, a lo que se aspira, por tanto, el medio es parte de un ir hacia un fin, es saber que el sacrificio dará sus frutos, es arriesgar todo confiando en Aquel que no defrauda. Y es así que sin dejar de lado la divinidad de Jesús, tenemos que centrarnos en su naturaleza, su condición de hombre.

Jesús, de niño, aprendió a obedecer a sus padres, a la sociedad, a sus amigos, de la misma forma que nosotros obedecíamos a los nuestros, siendo mas grande incluso llega a someterse al peso y rigor de la ley mosaica; de la misma forma que nosotros respetamos las leyes, sean del índole que sean . Durante su Pasión; la que no lo toma de improvisto, de sorpresa como una enfermedad o un accidente, sino que es respuesta fiel y obediente a la razón más honda de su existencia, dar la vida por la salvación de muchos, El se sometió a la sentencia del Sanedrín, de Pilatos, acepto su calvario, pero sobre todo acepto su Cruz, y lo hizo para demostrarnos que es posible; que un hombre puede cargar el peso de la cruz, y obviamente sin medir el dolor del cansancio, nos demuestra que el camino de la vida sujetados de la mano del Padre aliviana todo el peso, incluso el de una cruz, y nos conforta en los dolores, sin quitarlos pero dándole sentido a los mismos, sentido de vida, camino vivido, recorrido como enseñanza y por Obediencia al Padre, que no es otra cosa que un acto de amor del hijo al Padre, no es otra cosa que mostrar a quien tenga las agallas de ver, que Verdaderamente es Posible La confianza y El confiaba en su Padre. De esta forma nos enseño que debemos confiar plenamente en el proyecto de vida que Dios pensó para nosotros, debemos aceptar y reconocer que fuimos llamados a ser obedientes con la misión que el padre nos encomendó a todos nosotros, ser obedientes para la construcción del reino.

Dios se hizo hombre para que nosotros podamos entender que la perfección que esta personificada en Jesús no es imposible para el hombre, no es algo que esta a Km. de distancia sobre el cielo sino que todos somos capaces de poder soportar las cruces, los dolores y sufrimientos y todo gracias a la obediencia que le tenemos al padre, que es la que nos lleva a mejorar en el camino a la santidad. Es la que hace que cada uno de nosotros podamos ser testimonio para todos los necesitados.

Por eso en estas Pascuas, debemos pedirle al señor que nos de la sabiduría de poder oír su vos, de poder escuchar que tiene para decirnos y de poder escuchar cual es el proyecto de vida que tiene para nosotros, en estas pascuas pidamos al señor que nos de la fortaleza de poder cargar con nuestra cruz tomados de la mano de el, y demostrándole a todos los agobiados de dolor y tristeza, que nuestra cruz no es pesada, y solo por el hecho de que entendemos y obedecemos cual es el designio de Dios en nuestras vidas, por eso es que vencemos al mal, al pecado porque supimos obedecer a Dios y así, no será tanto la muerte de Cristo por sí misma lo que nos ha salvado, sino su obediencia hasta la muerte, que es lo que también nos llevara a la salvación, a la vida eterna.

Ave María y Adelante...!
De Colores...!