25 de enero de 2010

La Conversión de San Pablo...

Saulo, enemigo de los discípulos del Señor, se presentó al Sumo Sacerdote a pedirle cartas de recomendación para las sinagogas de los judíos de Damasco, para que si encontraba seguidores de Cristo, los pudiera llevar presos a Jerusalén.

Y sucedió que en el camino, le rodeó una luz del cielo; se cayó y oyó una voz que le decía: "Saulo, ¿Por qué me persigues?". El respondió: "¿Quién eres tú?". Y oyó que le decían: "Soy Jesús a quien persigues. Ahora levántate; entra en la ciudad, y allí se te dirá que hacer".
Saulo se levantó, y no podía ver nada. Lo llevaron a Damasco y pasó 3 días sin comer y sin beber. Había en Damasco un discípulo llamado Ananías. El Señor le dijo en una visión: "Levántate. Vete a la calle Recta y pregunta en la casa de Judas por uno de Tarso que se llama Saulo; mira: él está en Oración y está viendo que un hombre llamado Ananías entra y le coloca las manos sobre la cabeza y le devuelve la vista."
Respondió Ananías: "Señor, he oído hablar de ese hombre y de los males que ha causado a tus seguidores en Jerusalén, y que ha venido aquí con poderes de los Sumos Sacerdotes para llevar presos a todos los que creen en Tu Nombre".
El Señor le respondió: "Vete, pues a éste lo he elegido como un instrumento para que lleve mi nombre ante los que no conocen la verdadera religión y ante los gobernantes y ante los hijos de Israel. Yo le mostraré todo lo que tendrá que padecer por mi nombre".
Fue Ananías, le colocó sus manos sobre la cabeza y le dijo: "Hermano Saulo: me ha enviado a ti el Señor Jesús, el que se te apareció en el camino. Y me ha enviado para que recobres la vista y seas lleno del Espíritu Santo". Al instante recobró la vista. Se levantó y fue bautizado. Tomó alimento y recobró las fuerzas.
Estuvo algunos días con los discípulos de Damasco y enseguida se puso a predicar. Todos quedaban admirados y decían: "¿No es éste el que perseguía a los que invocaban a Jesús? ¿No lo habían enviado los Sumos Sacerdotes para que se los llevara presos?". Pero Saulo seguía predicando. Saulo se cambió el nombre por el de Pablo. "Cuando Aquél que me llamó por su Gracia me envió a que lo anunciara entre los que no conocían la verdadera religión, me fui a Arabia, luego volví a Damasco y después de 3 años subí a Jerusalén para conocer a Pedro y a Santiago". Las Iglesias de Judea no lo conocían pero decían: "El que antes nos perseguía, ahora anuncia la Buena Nueva, que antes quería destruir". Y glorificaban a Dios a causa de mí.

Apóstol San Pablo..
Que tu conversión sea como un ideal para nosotros.
Que también en el camino de nuestra vida nos llame Cristo
y dejemos nuestra antigua vida de pecado
y empecemos una vida dedicada a la santidad, a las buenas obras y al apostolado.

Ave María y Adelante...!
De Colores...!