Un día se soltó un caballo de la casa de un anciano chino y huyó a las colinas.
"Un caballo se nos ha escapado" dijo el viejo!
"¡Qué mala suerte!", le dijeron vecinos.
Pero el viejo chino les dijo. "¿Porqué dicen que es mala suerte?"
Efectivamente, la noche siguiente el caballo regresó al establo, junto con 12 caballos sementales más. El hijo del granjero, al ver esto dijo: "Vienen 12 sementales detrás de nuestro caballo". Al entrar al corral, él cerró la puerta y puso la cerradura.
Al enterarse los vecinos de esta noticia, corrieron a la casa del granjero pare decirle: "¡Mira, tienes 13 caballos ahora! ¡Qué buena suerte!".
El viejo chino les dijo: "¿Cómo saben que eso es buena suerte?".
A los poco días por la tarde, el hijo estaba trabajando con los caballos, cuando fue arrojado al suelo y se rompió una pierna. Los vecinos vinieron esa misma noche para manifestar su tristeza y dolor al granjero, y dijeron: "Tu hijo se he rota una pierna, ¡Qué mala suerte!"
El viejo granjero respondió una vez más: "¿Cómo saben que es mala suerte?"
Efectivamente, a los pocos días se levantó una guerra y pasaron unos sargentos por el pueblo para llevarse a los jóvenes que estaban en condiciones. Los 10 jóvenes que se llevaron, nunca regresaron; pero al hijo del granjero se salvó de ir a la guerra y morir debido a la pierna rota.
La paciencia es una virtud que merece nuestra mayor atención. ¿Cuántas veces hemos retado la sabiduría de Dios al pensar "¿Porqué?", "¿Porqué esto es así?", "¿Porqué él y yo no?" o "¿Porqué a mí?", sólo para darnos cuenta más adelante que Dios sabía lo que permitía...
La impaciencia es una treta del enemigo para minar nuestra confianza en Dios.
Esta vieja anécdota del anciano chino, su hijo y sus vecinos ilustra la sabiduría de ser paciente.
Eclesiastés 3, 1-8
Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora: Tiempo de nacer y de morir, tiempo de plantar y de arrancar lo plantado, tiempo de matar y de curar, tiempo de destruir y de edificar, tiempo de llorar y de reír, tiempo de hacer duelo y de bailar, tiempo de esparcir piedras y de juntarlas, tiempo de abrazar y de abstenerse de abrazar, tiempo de buscar y de perder, tiempo de guardar y de tirar, tiempo de rasgar y de coser, tiempo de callar y de hablar, tiempo de amar y de aborrecer, tiempo de guerra, y de paz.
Ave María y Adelante...!
De Colores...!