S.S. San Pío V ("Bula" de 1569)
Conocimos el Rosario en el año 1214 de una forma milagrosa: cuando Nuestra Señora se apareciera a Santo Domingo y se lo entregara como un arma poderosa para la conversión de los pecadores.
Desde entonces su devoción se propagó rapidamente alrededor del mundo con increíbles y milagrosos resultados.
Entre las varias formas y modos de honrar a la Madre de Dios, optando por las que son mejores en si mismas y mas agradables a Ella, el Santo Rosario ocupa un lugar preminente.
Beneficios del Rosario
Nos eleva gradualmente al perfecto conocimiento de Jesucristo.
Purifica nuestras almas del pecado.
Nos permite vencer a todos nuestros enemigos.
Nos facilita la práctica de las virtudes.
Nos abrasa en Amor de Jesucristo.
Nos enriquece con Gracias y meritos.
Nos proporciona con qué pagar todas nuestras deudas con Dios y con los hombres, y finalmente, nos consigue de Dios toda clase de Gracias.
Purifica nuestras almas del pecado.
Nos permite vencer a todos nuestros enemigos.
Nos facilita la práctica de las virtudes.
Nos abrasa en Amor de Jesucristo.
Nos enriquece con Gracias y meritos.
Nos proporciona con qué pagar todas nuestras deudas con Dios y con los hombres, y finalmente, nos consigue de Dios toda clase de Gracias.