Durante el transcurso del mundial 2010 en Sudafrica pasaron miles de imágenes en todos los medios de comunicación. La despedida inesperada de Argentina y Brasil, la revelación uruguaya y la copa levantada finalmente levantada por España en manos de su capitán, Iker Casillas, fueron algunas de las que desfilaron por televisores, monitores de computadoras y páginas de diarios y revistas. Pero hubo solamente dos que realmente describieron lo que significa el mundial. La primera fue después del partido que Argentina disputó con Nigeria, en la que nuestra selección ganó 1 a 0. Mientras las tribunas y plateas del estadio Ellis Park en Johannesbugh iban quedando vacías, un argentino y un nigeriano tuvieron un gesto ejemplar para todo el mundo. Se dieron la mano y se intercambiaron las camisetas, a pesar del frío invernal de Africa. El argentino se llevó a su casa la camiseta de Nigeria, y el nigeriano la de Argentina. La otra imagen fue la de Nelson Mandela, (Ex Presidente de Sudafrica, Embajador de la Paz y creador de la Nación del Arcoíris), que a pesar de estar comprometido en su salud, no dejó pasar la oportunidad de brindar un mensaje de hermandad y unión a todo el planeta (una vez más).
Estas dos imágenes dieron ejemplo de lo que verdaderamente debe transformarse este tipo de competiciones. El futbol no debe dividir sino todo lo contrario, debe unir. Esta Copa América es la oportunidad para dar este mensaje al mundo entero. El mismo mensaje que dio Mandela con su vida, de perdón y esperanza cuando perdonó a los responsables del Appartheid y fomentó la unión nacional desde su presidencia, intentando unir a todas las razas que habitaban en tierras sudafricanas. Aquel cambio que parecía imposible comenzó con el mundial de Rugby de Sudafrica en 1995. Cuando el mismo Mandela se puso la camiseta de los Springboks (el equipo nacional de rugby, identificado con la gente blanca) alegando que no era solo el equipo de los blancos sino de toda la nación, desde el palco presidencial en Ellis Park, en donde nuestra selección jugó su partido inaugural. Y todo comenzó con un mundial de Rugby. Los detalles se encuentran en el libro “el factor humano” de John Carlin y que sirvió de inspiración para la película “Invictus”, de Clint Eastwood, protagonizada por Morgan Freeman y Matt Damon.
Esta Copa América debe fomentar la unión de nuestro continente, concientizando de que tenemos la misma sangre y un pasado en común. Esta Copa debe enriquecernos desde las diferentes culturas como enseñó “Mandiba” (el apodo de Mandela, que significa, jefe de la tribu) para la consolidación del continente américano, y unirnos desde la hermandad. Ojalá que en la próxima Copa, no haya muestras de racismo sino de hospitalidad, ya que nuestro país es anfitrión de esta competición versión 2011. Diego Torres explaya estas intenciones desde su canción “Creo en América”, que será el tema oficial de la Copa.
Aquél cambio en Sudafrica comenzó con un mundial de Rugby. El cambio en Latino América puede comenzar con una Copa de futbol. ¡Creo en América!
Por Ezequiel Pablo Pernica.
Ave María y Adelante...!
De Colores...!