Soy Javier Mihovilcevich, tengo 26 años e hice la J XXXVI allá por el año 2007.
Cuando recibí la propuesta de comentar brevemente la revista del movimiento sobre mi 4to día lo primero que pensé fue: puff, justo en este momento?!, pero inmediatamente mi respuesta fue que sí, ya que pienso que todas las experiencias de vida nos enriquecen.
Cuando salí de mi Jornada, como seguramente le habrá pasado a la mayoría de ustedes, sentía que el mundo era de Colores, que todo era maravilloso e ideal, pero con el correr del tiempo fui volviendo a la realidad, a los problemas cotidianos, a sentir que otra vez iba contra la marea; pero algo había cambiado, yo me sentía con mas herramientas para poder sobrellevar las cosas del día a día.
Al tiempo de mi jornada, sufrí un golpe muy duro, sucedió algo en mi familia que nos lastimó muchísimo, y en ese momento sentí que estaba viviendo mi 4to día. Creo que con lo mucho que me enriquecí en el retiro, pude afrontar esto que me estaba pasando y ayudar a mi familia a salir de ese momento de la mejor manera. El no perder la Fe y el aferrarme a la oración fueron los pilares que me mostraron el camino, apoyándome mucho en mis hermanos del movimiento y trabajando en mi comunidad parroquial. Créanme que pude pintar una pared oscura de colores.
En los primeros 2 años de mi cuarto día trabaje bastante en el movimiento, en mi comisión (Prensa), cuando me llamaban para integrar un equipo o simplemente en las actividades que se realizaban, y todas estas me fueron formando como Cristiano, y me sirvieron de herramienta hasta el día de hoy para ser catequista en mi parroquia (Santa Rosa de Lima), y misionero en la universidad y en mi trabajo.
Hoy estoy en un tiempo de muchos cambios, y a veces los cambios significan dejar algunas cosas y adquirir otras nuevas y este proceso natural suele traer altibajos y dolores. Tuve que cambiar de trabajo cosa que me sigue costando mucho, aceptar que la familia se empieza a separar, que los hermanos se van; tuve que dejar de estudiar y ahora quiero retomar pero me cuesta horrores. También siempre fui muy independiente en algunos aspectos y hoy estoy de novio compartiendo muchas cosas de mi vida con mi novia. Me di cuenta que tenía que dejar algunas cosas, que se había acabado mi tarea en algunos lugares. Tuve que romper con mi ego inconciente y darme cuenta que no soy indispensable para todo. En resumen sentí que se termina una etapa y empieza otra.
Estos cambios suelen asustarnos, nublarnos y no permiten que veamos claramente las cosas, y nos haces pintar de gris algo que en realidad es lindo, que es el crecer, así que como aquella vez cuando pude pintar de colores una etapa gris de mi vida, también esta vez desde la oración, con esperanza y apoyándome en mis seres queridos y en la Iglesia iré pintando todas estas cosas de Colores para volver a vivir con alegría mi 4to día.
Me despido con una reflexión, seguramente vendrán tiempos en que nos sintamos solos, en que nuestra Fé se apague y no tengamos ganas de nada, bueno es cuando más a prueba vamos a estar, pero no rindiéndole un examen a Dios, porque el va a disponer de todo para que seamos felices, sino que es cuando mas vamos a tener que buscarlo a el, y no hay mejor herramienta para eso que la Oración. Vivamos con alegría y disfrutando a full cada instante.
Javier.
Ave María y Adelante...!
De Colores...!