Una sonrisa amplia, mirada vivaz y un porte franco y sencillo caracterizan a Marie Simon-Pierre. Esta monja francesa de 49 años ha debido superar una y otra vez su timidez ante los medios, porque se ha convertido en una pieza clave de un evento que entusiasma a millones de católicos en el mundo, la beatificación del Papa Juan Pablo II.
Aunque se han catalogado más de 200 supuestos milagros ocurridos por intercesión del pontífice, los encargados de la causa en el Vaticano eligieron el caso de la hermana francesa para cumplir el requisito supremo de este complejo proceso: se requiere un milagro para la beatificación y dos para la santificación.
Marie Simon-Pierre se curó de un día para otro del mal de Parkinson que la aquejaba y que ya prácticamente le impedía caminar, escribir y conducir un vehículo.
La religiosa dice que se sintió renacer cuando dos meses después de la muerte del Pontífice, quien falleció el 2 de abril de 2005, se despertó sanada. Pierre y las otras hermanas en su convento rogaban en sus oraciones a Juan Pablo II, quien también padecía de Parkinson.
El médico se quedó sin habla..
"Cuando fui a ver a mi neurólogo, me miró y me dijo: -¿Qué sucedió, has tomado dosis dobles de tus medicamentos de dopamina?-. -No, doctor-, le dije, -ya los suspendí por completo-", cuenta Marie Simon-Pierre, quien es miembro de la Congregación de las Pequeñas Hermanas de las Maternidades Católicas. "El médico no lo podía creer, se quedó sin habla".
La religiosa fue diagnosticada con Parkinson en 2001. Ya no podía mover su brazo izquierdo y cuenta que le costaba a veces ver al Pontífice en la televisión, ya que él sufría de la misma enfermedad en un estado más avanzado.
"Sentía algo muy fuerte que es difícil de describir. Estaba convencida de estar totalmente curada". "Me veía en el futuro en una silla de ruedas", señaló la hermana hace varios meses en una una conferencia de prensa en Francia.
Sus síntomas se habían deteriorado luego de la muerte del pontífice. En junio de 2005, había pedido retirarse de sus tareas debido a la enfermedad, pero la madre superiora le dijo que continuara con ellas y escribiera en un trozo de papel las palabras "Juan Pablo II", según un relato de Simon-Pierre recogido por medios internacionales.
La mañana siguiente, se despertó "completamente transformada. Sentía algo muy fuerte que es difícil de describir. Estaba convencida de estar totalmente curada".
En el pasado se había cuestionado si el diagnóstico original de la religiosa era correcto. Pero el caso fue analizado por un comité de médicos que verificaron para el Vaticano tanto el diagnóstico como la curación.
Cuando la prensa le preguntó a la hermana Marie Simon-Pierre si creía que su recuperación había sido un milagro, simplemente respondió:
"Para mí, esto es como un segundo nacimiento".
"Estaba enferma y ahora estoy curada. El resto deberá decidirlo la Iglesia".
Ave María y Adelante...!
De Colores...!