9 de agosto de 2010

Palabra de Vida de Agosto...

Que cada uno de conforme a lo que ha resuelto en su corazón,
no de mala gana o por la fuerza, porque Dios ama al que da con alegría
2 Cor. 9, 7

«1 Está de más que les escriba acerca de este servicio en favor de los hermanos de Jerusalén,
2 Porque conozco la buena disposición de ustedes. Ya les he dicho con orgullo a los hermanos de Macedonia: «La Acaya está preparada desde el año pasado». Y el entusiasmo de ustedes ha servido de estímulo para muchos.
3 A pesar de todo, envié a los hermanos, para que nuestro orgullo respecto de ustedes no se vea defraudado en esta ocasión y, además, para que estén preparados, como ya les advertí.
4 No sea que si alguno de los hermanos de Macedonia va a visitarlos conmigo y los encuentra desprevenidos, nuestra gran confianza se convierta en vergüenza para nosotros, por no decir para ustedes.
5 Por esta razón, creí necesario rogar a los hermanos que se me adelantaran, para ir organizando con tiempo esa obra buena que ustedes habían prometido, de manera que aparezca como una muestra de generosidad y no de mezquindad.
6 Sepan que el que siembra mezquinamente, tendrá una cosecha muy pobre; en cambio, el que siembra con generosidad, cosechará abundantemente.
7 Que cada uno dé conforme a lo que ha resuelto en su corazón, no de mala gana o por la fuerza, porque Dios ama al que da con alegría.
8 Por otra parte, Dios tiene poder para colmarlos de todos sus dones, a fin de que siempre tengan lo que les hace falta, y aún les sobre para hacer toda clase de buenas obras.
9 Como dice la Escritura: "El justo ha prodigado sus bienes: dio a los pobres y su justicia permanece eternamente".
10 El que da al agricultor la semilla y el pan que lo alimenta, también les dará a ustedes la semilla en abundancia, y hará crecer los frutos de su justicia.
11 Así, serán colmados de riquezas y podrán dar con toda generosidad; y esa generosidad, por intermedio nuestro, se transformará en acciones de gracias a Dios.
12 Porque este servicio sagrado, no sólo satisface las necesidades de los santos, sino que también es una fuente abundante de acciones de gracias a Dios.
13 En efecto, al comprobar el verdadero carácter de la ayuda que ustedes les prestan, ellos glorificarán a Dios por la obediencia con que ustedes confiesan la Buena Noticia de Cristo y por la generosidad con que están unidos a ellos y a todos.
14 Y la oración que ellos harán por ustedes pondrá de manifiesto el cariño que les profesan, a causa de la gracia sobreabundante que Dios derramó sobre ustedes.
15 ¡Demos gracias a dios por su don inefable!».

Ave María y Adelante...!
De Colores...!