El Sagrado Corazón es una manifestación de Jesús para incendiar al mundo de su amor.
Eligio como instrumento a una joven religiosa de la Visitación, de nacionalidad francesa nacida el 25 de julio de 1647, a Margarita María Alacoque, a quien se le presento en tres oportunidades.
La primera sucedió el 27 de diciembre de 1673. En ella la joven virgencita fue por el mismo Jesucristo consagrada su apóstol; llamada a difundir y propagar el culto a su adorable Corazón; a manifestar a los hombres su voluntad; y hacerles conocer lo que el Sacratísimo Corazón de Jesús promete a quien hace conocer y propaga su culto.
La segunda sucedió en la octava de Corpus Christi en el año 1674. En ella Jesús manifestó las inexplicables maravillas de su amor y el exceso a que, su Corazón, lo había llevado hacia los hombres, de cuyos no recibía más que abandono y ultrajes. Después añadió: “El abandono en el cual me dejan me es mucho más doloroso de lo que sufrí en mi pasión, tanto que si los hombres me contracambiaran amor, yo estimaría poco, todo lo que hice por ellos y quisiera si fuere posible hacer aún más; pero los hombres no tienen más que frialdades y repulsas por todas mis solicitudes. Tú a lo menos dame este consuelo, de suplir cuanto puedas a su ingratitud”.
La tercera sucedió el 16 de junio de 1675, igualmente en la octava de Corpus Christi. Apareciéndole resplandeciente como las demás veces, y mostrándole su Corazón, se quejó de los continuos ultrajes y sacrilegios que recibe en el Sacramento de amor; y agregó con más dolor, que los recibía de corazones a Él consagrados.
Por esto le confió la misión de hacer conocer y amar su adorable Corazón y hacer establecer en la Iglesia una fiesta especial de reparación. “Es esto lo que yo te pido: que el primer viernes después de la octava de Corpus Christi, sea dedicado a una fiesta particular para honrar a mi Corazón, participando en aquel día a la Santa Comunión y haciéndole con digna reparación por los indignos tratamientos que recibe en el Santo Altar. Y Yo te prometo que mi Corazón se dilatará para esparcir con abundancia las riquezas de su Amor sobre todos los que rendirán dicho honor y procurarán que otros hagan los mismo”.
Las promesas hechas por el Sagrado Corazón de Jesús en estas varias apariciones a la Santa, son las siguientes:
1º A las almas consagradas a mi Corazón, les daré las gracias necesarias para su estado.
2º Daré paz a sus familias.
3º Las consolaré en todas sus aflicciones.
4º Seré su amparo y refugio seguro durante la vida, y principalmente en la hora de la muerte.
5º Derramaré bendiciones abundantes sobre sus empresas.
6º Los pecadores hallarán en mi Corazón la fuente y el océano de la misericordia.
7º Las almas tibias se harán fervorosas.
8º Las almas fervorosas se elevarán rápidamente a gran perfección.
9º Bendeciré las casas en que la imagen de mi Sagrado Corazón se exponga y sea honrada.
10º Daré a los sacerdotes la gracia de mover los corazones más empedernidos.
11º Las personas que propaguen esta devoción tendrán escrito su nombre en mi Corazón y jamás será borrado de él.
Margarita María Alacoque fue elevada a los altares en 1920, proclamándola Santa por el papa Benedicto XV.
Que el Sagrado Corazón de Jesús nos colme de su amor!
Ave María y Adelante...!
De Colores...!