21 de octubre de 2010

Caminando a Luján...

Si tuviera que describir con una palabra mi primer caminata a Luján diría que fue mágica. Todo comienza en realidad hace muchos años, siempre tuve las ilusión de poder realizar esta experiencia, pero siempre hubo un gran inconveniente para que yo lo cumpliera y es que en esa fecha es mi cumpleaños, o por lo menos yo lo veía así. Si bien la caminata siempre cae en distinta fecha, yo cumplo años el 2 de octubre y siempre lo festejé el fin de semana,o sea, durante la peregrinación.
Hoy puedo decir que es un año de grandes cambios en mi vida y que en ciertos ámbitos se dio vuelta completamente. Unos de ellos fue ponerme de novio, conjunto a esto y en cierto modo gracioso, ella cumple los años un día después que yo y siempre hace la caminata. Este año, con la ayuda de Dios, pude ver que no era un sacrificio y que tenía una falsa mirada del asunto. Pude descubrir que era una forma diferente de vivir mi cumpleaños, expresar lo que dictaba mi corazón, cumplirle a la Madre la promesa de llegar a sus pies con mi novia, agradecerle por su presencia en mi vida y el poder disfrutar de esta vida y el camino pensado para mi.
Nunca quise imaginarme cuanta distancia sería ni cuanto me iba a costar ya que como desventaja tenía que este año es en el que peor estado físico me encuentro. La realidad es que a pesar de todo nunca dude ni un poco que lo iba a lograr, la Fe y la oración serían mi armadura y contaba por sobre todo con las personas maravillosas que caminaban conmigo. Así fue comencé la caminata a las 11 y en el transcurso todo iba siendo nuevo para mi y la alegría que llevaba conmigo era enorme. No voy a decir que no costo pero paso a paso nunca estuve sin ayuda y buenos consejos. En los momentos difíciles el Rosario fue el mejor alivio. Fui parando solo en las 4 paradas fijas, las mayores sorpresas y tentaciones las vi desde el segundo puente en adelante, cosas lindas y no tanto, como gente yendo arrodillada sin energías pero con un espíritu inquebrantable y remiseros tentándote para llevarte por unos pesos.
Entre al barrio Lujan y ahí fue donde me quebré, donde ya no podía mas, viendo la iglesia a 7 cuadras, sentía que mi cuerpo ya no me respondía, pero saqué fuerzas de no se donde y con la convicción de que no iba a abandonar y mucho menos faltando tan poco, logre llegar a la Basílica, el momento tan esperado había llegado. En ese mismo instante puedo decir que mi felicidad y gozo competían con mi cansancio por cual era mas grande. Lo había logrado y bajo los pies de la cruz y el manto de María solo me quedo arrodillarme y en mi interior alabar la grandeza de Dios. Hice todo lo que me había propuesto y terminé festejando el mejor cumpleaños de mi vida, mis 24 años de edad logrando llegar antes de las 12 de la noche. Hoy recuerdo ese gran día con alegría, una sonrisa intachable en mi rostro, con la certeza del poder de la oración, de la Fe y de los hermanos que el Padre puso en mi camino. Solo queda agradecerle a Él.

De Colores!!!
Federico Ramos J.XL