El Hombre tiene una ley inscrita por Dios en su corazón llamada Conciencia.
La conciencia es el núcleo más secreto y el sagrario del hombre, en el que está solo con Dios, cuya voz resuena en lo más íntimo de ella.
En lo más profundo de su conciencia el hombre descubre una ley que él no se da a si mismo, sino a la que debe obedecer y cuya voz resuena, cuando es necesario, en los latidos de su corazón, llamándole siempre a amar y hacer el bien y evitar el mal.
La conciencia es una ley de nuestro espíritu, pero que va más allá de él, nos da órdenes, significa responsabilidad y deber, temor y esperanza... La conciencia a través de la Gracia nos habla, nos instruye y nos gobierna.
La conciencia hace posible asumir la responsabilidad de los actos que realizamos.
De acuerdo a la conciencia que tenemos formada obramos bien o mal. Es decir elegimos de manera consciente, pues para ello Dios nuestro Creador nos dio la inteligencia, la razón y la libertad. Está en nosotros el elegir el obrar bien o mal.
Si somos cristianos que actuamos con valentía, nuestro obrar será siempre bueno, viviremos en alegría a causa del gozo que nos da el obedecer los mandamientos de la Ley de Dios.
Pero si por el contrario somos cristianos cobardes no nos jugamos por nada ni por nadie, todo nos da igual, entonces nuestras obras serán regulares o malas. pues no nos esforzamos por alcanzar la Gracia de Dios que es la alegrías de vivir en Cristo.
Para poder obrar con valentía, hace falta la voluntad para cambiar todo aquello que nuestra conciencia por obra de Dios, nos indica que estamos errando el camino a seguir (camino del bien).
Somos conscientes de nuestras debilidades, siempre nos dejamos llevar por lo más fácil, por lo más placentero.
Somos débiles, pero la debilidad la podemos combatir.
¿Cómo...? Por medio de la Gracia de Dios.
¿Cómo se obtiene la Gracia...? Con la obediencia, la oración y los sacramentos de reconciliación y Eucaristía, que nos dan la fortaleza necesaria para cambiar y ser santos a los ojos de Dios.
Todos los cristianos somos llamados a la santidad, a ser santos.
¿Qué es la santidad...? Es la vida del cristiano verdadero, el que cumple la voluntad de Dios, es la madurez de la vida cristiana.
Antes de actuar -de elegir lo que vas a hacer- hay que pensar: "Soy hijo de Dios"..
¿Cómo le agradaré más a mi Padre...?
Ave María y Adelante...!
De Colores...!